El estado de alarma creado por la pandemia está causando que muchas personas como autónomos o pymes, personas afectadas por un ERTE o personas que teletrabajan a media jornada vean sus ingresos reducidos o incluso suprimidos completamente. Ante esta situación financiera complicada, tener que pagar las cuotas mensuales de un préstamo puede convertirse en una tarea ardua o casi imposible. Para evitar que la devolución de un préstamo se vuelva un problema existe una alternativa para reducir o eliminar las cuotas de los préstamos sin incurrir en un impago: la carencia.

¿En qué consiste una carencia de un préstamo?

Una carencia consiste en dejar de pagar durante uno o varios meses la totalidad o una parte de la cuota mensual de manera pactada con la entidad. Esto nos permite aliviar la carga económica que tengamos durante los meses en los que nuestros ingresos se han visto reducidos. Existen dos tipos de carencia:

  • Carencia total: consiste en aplazar el pago completo de las cuotas mensuales, tanto el capital como los intereses, lo que nos permitirá no pagar nada durante el tiempo que dure la carencia.
  • Carencia parcial: consiste en no pagar solamente el capital a devolver, es decir, la cuota solamente consistiría en reembolsar los intereses.

¿Cómo solicito una carencia de un crédito al consumo?

No existe un proceso predeterminado por el cual solicitar una carencia de un préstamo al banco. Se trata de una negociación con el banco para cambiar el contrato y que nos permitan esta alternativa

Actualmente, aunque las oficinas bancarias siguen abiertas al público, lo mejor es informarnos con nuestro gestor por los medios telemáticos (online y telefónico) e ir a la oficina solamente si la firma del nuevo contrato solo se puede realizar de manera presencial.

Es importante hacer una estimación de cuánto creemos que durará esta situación de desequilibrio financiero causado por el coronavirus para poder elegir los meses durante el que aplicaremos esta alternativa.

¿Cuánto cuesta aplazar los pagos de un préstamo personal?

Existen dos tipos de gastos que puede conllevar solicitar la carencia.

  • El coste de cambiar el contrato. Aunque no todas las entidades cobrarán esta comisión, puede ser que tengamos que pagar un porcentaje por realizar la carencia.
  • El coste de la carencia. Realizar una carencia total o parcial implica retrasar los pagos y ampliar el plazo de reembolso, lo que hará que se generen intereses durante más tiempo.
    • Para conocer cuánto más nos costará la carencia debemos restar el coste total del préstamo con carencia menos el coste total del crédito antes de la carencia. La diferencia será el coste de la carencia.

Y si no me conceden la carencia, ¿qué otras alternativas tengo?

Los bancos no están obligados a realizar una carencia. Por lo que, si nuestras negociaciones no dan resultado, otra alternativa a la que podemos es pedir una ampliación del plazo.  Al alargar el tiempo durante el que podremos reembolsar el préstamo, la mensualidad será más baja. No obstante, debemos contar que un tiempo de devolución más largo también implica que se generen intereses durante más tiempo.