Imaginemos: estamos en una tienda -o navegando por su web- y queremos comprar un producto que supera la inversión prevista. Entonces, pueden darse tres situaciones: en la primera, renunciamos a la compra; en la segunda, silenciamos nuestra conciencia y gastamos más de lo que queríamos o debíamos; en la tercera, conseguimos fraccionar el coste de forma instantánea para pagar con mayor comodidad. Esta última vía la ofrece Klarna con su financiación en tiendas, un negocio que la ha llevado a ser una de las empresas fintech más importantes de Europa. ¿Cómo lo ha hecho?
Así se construye un unicornio de las finanzas
En 2005 nació en Suecia de la mano de sus tres fundadores: Sebastian Siemiatkowski, Niklas Adalberth y Victor Jacobsson. Pretendían, principalmente, facilitar los pagos y la financiación en tiendas tanto físicas como online para consumidores y vendedores.
La aventura, cuyos primeros pasos fueron tímidos, aceleró definitivamente con la entrada de grandes inversores del sector como Sequoia Capital, que ya participó en los inicios de gigantes tecnológicos como Google o LinkedIn. Tras 14 años de vida, Klarna tiene un valor de 2,5 billones de dólares, la cuarta fintech más valorada de Europa (y la primera de su actividad), según el INVYO Insights’ ranking de marzo de 2019.
¿Cómo funciona la financiación en tiendas de Klarna?
Para llegar a esa posición, en 2018 la firma sueca gestionó, de media, un millón de transacciones diarias mediante su plataforma, lo que supuso unos ingresos de 627 millones de dólares. Además, sumó 26 millones de consumidores en 2018.
Ser miembro de Klarna es muy sencillo: en el momento de pagar una compra, si el usuario elige aplazar su pago con Klarna (aparece como opción en los comercios adheridos) solo tendrá que añadir algunos datos personales (una tarjeta, un correo electrónico y un domicilio). Así, habrá creado una cuenta y recibirá una respuesta inmediata a su solicitud. De ser aprobada, estás serán sus posibilidades de financiación en las tiendas adheridas:
- Pay now. En esta primera modalidad se cargaría al momento el importe en la tarjeta vinculada anteriormente.
- Pay later. Esta alternativa tiene dos variantes: permite pagar 30 días después el importe total (como una tarjeta de crédito en pago diferido a final de mes) o hacerlo más tarde, hasta en un máximo de dos o tres meses, según el país. La primera de estas modalidades es gratuita, la segunda, puede tener intereses.
- Slice it. Esta última opción de pago permite fraccionar reembolsos de compras de mayor importe entre tres y 36 meses, esta vez sí, con un interés que se comunicará al cliente antes de confirmar la operación.
El proceso, que apenas tarda un minuto, está disponible ya en tiendas online y físicas de deporte, moda, complementos, hogar, decoración, tecnología y muchas más (más de 130.000 comercios) en nueve países: Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Austria y Países Bajos. Eso sí, no todos los países disponen de las mismas condiciones ni de los mismos servicios.
En cuanto a limitaciones de uso, cada usuario de Klarna tiene un límite de crédito asignado en base a su historial financiero.
¿Llegarán a España?
Visto su crecimiento, la empresa sueca podría ofrecer sus servicios en España. Sin embargo, su producto cuenta con la velocidad de análisis que en otros países ofrece el credit score (algo así como un evaluador de crédito), que permite valorar el riesgo de la operación al instante en base al historial financiero del usuario en cuestión.
Ese sistema de evaluación no existe en España, así que por esa parte su aplicación sería más difícil. Por el momento, hay otras compañías que ofrecen un servicio similar como Paga+tarde y Aplazame. Eso sí, en ambos casos su financiación en tiendas es más cara que la de Klarna, ya que llega hasta el 25% TAE.
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