Si tenemos pensado vender nuestro piso podemos aprovechar los días de cuarentena para empezar a promocionar la venta en los portales inmobiliarios. Así, vamos ganando tiempo y, una vez se reactiven las actividades, es posible que tengamos algunos potenciales compradores interesados en visitar nuestra vivienda. Eso sí, para que nuestra publicidad tenga éxito, es indispensable que nos esforcemos en redactar un buen anuncio. Pero ¿cómo logramos esto? para que nuestra promoción nos acerque a esa deseada oferta de compra, puede ser esencial que evitemos caer en algunos de los errores más comunes. En este artículo contamos cuáles son los tres más habituales.
1. Decir que el piso está en pleno centro, pero no es del todo cierto
Este es uno de los clichés más recurrentes en los anuncios que vemos en los portales inmobiliarios. Muchos vendedores aseguran que su pisos están ubicados “en el pleno corazón de Barcelona” o, también, a “escasos pasos del metro”, pero lo cierto es que en muchas ocasiones estas descripciones no suelen ser del todo exactas o no le aportan nada al comprador.
En este sentido, a menos que nuestra casa esté localizada justo al lado de la Plaza Catalunya o al lado de la boca del metro, es mejor dar otro tipo de detalles de la dirección que pudieran resultar más útiles a los compradores. Debemos tener en cuenta que la ubicación y el precio de la vivienda son los factores de más peso a la hora de decantarse por un piso.
Por ejemplo, podemos medir el tiempo exacto que toma ir andando desde la casa hasta el transporte público y colocarlo con pelos y señales: “el piso está a tres minutos andando desde la estación del metro de Diagonal, línea azul” o “la vivienda está ubicada entre la Calle Balmes y la Ronda Universitat”. Eso sí, por motivos de seguridad, debemos evitar indicar el número de la finca.
2. Usar eufemismos para disimular un punto débil de la casa
Este es otro error en el que no debemos caer a la hora de escribir el texto de nuestro anuncio: utilizar palabras o frases hechas y bonitas para tapar una carencia. Decir, por ejemplo, que la casa es “extremadamente acogedora” cuando realmente lo que no queremos transmitir es que el piso es pequeño. O, más bien, decir que una habitación es “ideal para convertirla en el cuarto del bebé” porque el espacio es diminuto y no puede ser utilizado para otros fines.
Debemos tener en cuenta que, aunque tenemos que usar un lenguaje amigable y vender nuestro piso con las palabras, tenemos que vigilar no decir medias verdades. De lo contrario, el comprador se podría sentir decepcionado a visitar el piso. En cambio, si decimos las cosas como son desde el inicio puede ocurrir lo contrario: que al ver la vivienda ésta supere todas las expectativas que se había hecho.
3. Omitir información que pueda afectar la decisión de un comprador
También es común no colocar en el anuncio aspectos importantes de la vivienda, la finca o, incluso, de la operación que pueden ser determinantes para que una persona elija una casa. Esto es un error porque probablemente, tarde o temprano, el comprador se va a enterar y la consecuencia no solo puede ser perder nuestro tiempo sino también la oportunidad de vender el piso.
Por ejemplo, decir que el piso está en una quinta planta, pero no mencionar que el edificio no tiene ascensor. O, más bien, que estamos vendiendo nuestra vivienda, pero no especificar que la casa la recibimos en herencia y aún no hemos realizado el proceso legal para poder venderla. Esto, evidentemente, puede hacer que un comprador se eche para atrás al visitar el inmueble o al encarar la negociación. Así que es mejor aclararlo desde el principio.
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