Estar tanto tiempo en casa ha despertado el deseo de muchas familiar por tener un espacio más acogedor y personalizado. Además, ante el temor de un posible confinamiento después del verano, son cada vez más los que se plantean reformar la vivienda. A no ser que se trate de un pequeño arreglo, lo habitual es pedir financiación para pagar a plazos hipotecando la casa, pidiendo una ampliación o solicitando un préstamo personal. A continuación, repasaremos las tres maneras de conseguir dinero para poner nuestro piso a punto.

1. Hipoteca tu casa y ahorra en intereses

La primera alternativa consiste en hipotecar la vivienda, es decir, pedir un préstamo con garantía hipotecaria. De esta manera, si la vivienda está libre de cargas, podremos solicitar el capital que necesitamos al mejor precio. En estos momentos, el interés medio de las hipotecas ronda el 1,73%, según el Banco de España, unos precios de los bajos en los últimos años.

Eso sí, en el caso de no poder afrontar el pago de las cuotas, nos arriesgaríamos a perder la vivienda. Por eso, lo recomendable es asegurarnos de que nuestra deuda no supera el 35% de nuestros ingresos.

Por el contrario, si la vivienda ya tiene una hipoteca, podríamos  pedir un nuevo crédito para cancelar el actual y cubrir, al mismo tiempo, el coste de la reforma.

2. Amplia la hipoteca sin grandes cambios

Si estamos a gusto con nuestro banco y las condiciones del préstamo hipotecario son buenas, podríamos intentar negociar con la entidad una ampliación de hipoteca. De esta manera, nos ahorraríamos el proceso de comparar productos y movernos a otra entidad.

Eso sí, antes de firmar el nuevo contrato habría que revisarlo con especial atención para asegurarnos de que el banco no nos pide nada a cambio que no queramos hacer. Por ejemplo, la entidad nos podría exigir la contratación de algún seguro o incluir mayores comisiones.

Además, al ampliar la hipoteca, podremos escoger entre mantener el plazo o prolongarlos algunos años más para ir más desahogados. Si queremos ahorrar, lo recomendable sería escoger el periodo de amortización más corto que nos podamos permitir.

3. Pide un préstamo personal como última opción

La última opción sería solicitar un préstamo personal con el que costear la reforma. Esta no es la opción más recomendable, ya que sería la más cara. De normal, estos productos suelen tener un interés que ronda el 7%, un precio mucho más alto comprado por el interés medio de las hipotecas, que no llega al 2%.

Si hacemos cálculos, este es el coste que deberíamos afrontar en cada caso para financiar 30.000 euros a 10 años:

Tipo de producto

Tipo de interés Cuota Coste total

Préstamo personal

7% 348€

11.800€

Hipoteca 1,50% 270€

2.320€

Como vemos, la diferencia entre el coste de financiar la reforma de la vivienda con un préstamo personal en vez de con una hipoteca nos podría suponer unos 8.500 euros más.