Con la prolongación del estado de alarma, son muchos los que se preguntan cómo afectará esta situación a su cuota. Sin embargo, los clientes que contrataron una hipoteca fija tienen asegurada la estabilidad del precio de las mensualidades. Si bien es cierto que el tipo de interés suele ser más alto en estos productos que en los préstamos a tipo variable, el riesgo se reduce y la tranquilidad aumenta. A continuación, comentaremos los aspectos más relevantes de este producto financiero destinado a la compra de viviendas.
El interés de la hipoteca fija no cambia
A diferencia de lo que ocurre con las hipotecas variables, el interés de los préstamos hipotecarios a tipo fijo no depende de ningún índice de referencia. De hecho, el porcentaje aplicado en la primera cuota será el mismo cada mes hasta el final del periodo de amortización.
Eso sí, esta estabilidad podría salirnos un poco más cara, ya que el tipo de interés de estos productos suele ser algo superior al de los créditos variables. De hecho, el interés medio de las hipotecas fijas en España ronda el 3%, mientras que el de las variables apenas supera el 2% de media.
¡RECUERDA! El interés de las hipotecas fija puede cambiar únicamente si dejamos de cumplir los requisitos de la vinculación o si pactamos con el banco otras condiciones de financiación.
Un plazo máximo de 30 años
Históricamente, el periodo de amortización de las hipotecas fijas no ha superado los 25 años. Sin embargo, en estos momentos hay entidades que ofrecen financiación a tipo fijo con un plazo de devolución de hasta 30 años.
Además, el número de años pactados con el banco determina el tipo de interés, siendo más bajo para periodos de amortización más cortos.
Si quieres calcular a cuánto ascendería tu cuota dependiendo del interés aplicado y el plazo escogido, podrías usar la calculadora gratuita de HelpMyCash:
Un buen momento para pasarse al tipo fijo
Las condiciones de las hipotecas fijas son más atractivas que nunca. La nueva Ley Hipotecaria ha abaratado el paso de un tipo variable a uno fijo y ahora el banco nos podría cobrar una comisión máxima del 0,15% durante los primeros tres años y no podrá penalizarnos de ninguna manera después.
Si quisiéramos pasarnos del tipo variable al fijo, podríamos hacerlo de dos maneras:
- Solicitar una novación de hipoteca. La primera alternativa pasaría por pactar con nuestro banco un cambio de condiciones. La realidad es que podría no aceptar, pero podría salir rentable intentarlo.
- Hacer una subrogación. La otra opción sería cambiar nuestro préstamo hipotecario de banco y aprovechar para pasarnos al tipo fijo.
¡RECUERDA! Cada vez son más las entidades que aceptan subrogaciones, como por ejemplo MyInvestor y Bankia.
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