¿Qué es mejor, una hipoteca fija o variable? Esta es la gran duda de muchos particulares. Actualmente, la mayoría de bancos ofrece un tipo de interés bajo tanto para las hipotecas fijas, como para las variables. Es importante saber que no existe un tipo de préstamo hipotecario mejor o peor y por eso escogeremos el que mejor se adapte a nuestro perfil y a nuestra tolerancia al riesgo. Eso sí, independientemente de nuestra decisión final, tendremos que tener unos ahorros mínimos del 20% del precio del inmueble y preferiblemente del 30% (un 20% para el desembolso inicial y un 10% para los compraventa).

Funcionario al que no le gusta el riesgo

hipoteca funcionarioImaginemos la situación de Juan: 35 años, enfermero de la Seguridad Social desde los 28 años, con unos ingresos mensuales de 2.000 euros y amante de la estabilidad. Además, Juan está pagando 150 euros al mes por el préstamo que pidió para comprarse un coche.

Pongamos que necesita 150.000 euros para comprar un apartamento que le ha encantado. La hipoteca que podría encajar mejor con las ambiciones de nuestro enfermero sería un préstamo hipotecario a tipo fijo que le protegiera de eventuales subidas del euríbor. Por su perfil financiero, podría acceder a una hipoteca fija con un tipo de interés que rondaría el 1,75%, aproximadamente.

En cifras, su cuota mensual estaría entre los 535 euros y los 741 euros, con un plazo de 30 a 20 años, respectivamente. Como lo recomendable es que la cuota mensual de nuestras deudas más la hipoteca no supere el 35% de nuestra renta neta, le convendría contratarla a más de 25 años para ir holgado económicamente.

Con su perfil financiero y arriesgando, Juan podría conseguir una hipoteca variable con un tipo de interés más bajo (en torno al 2% el primer año y de euríbor más 1% después) y pagar unos 15.000 euros menos en total (con el valor actual del euríbor). Eso sí, una subida del euríbor hasta su valor medio histórico (2%) encarecería unos 250 euros su cuota mensual.

Asalariada que quiere pagar lo menos posible

hipoteca asalariadoLaura es una asalariada con unos ingresos mensuales de unos 2.500 euros y lleva trabajando 8 años en la misma empresa. Está pensando en pedir una hipoteca junto a su pareja (con una renta neta de 2.000 euros al mes) para pagar lo menos posible y dejar de vivir de alquiler.

Teniendo en cuenta su perfil financiero y sabiendo que entre sus prioridades está reducir la cuota al mínimo posible, lo más conveniente podría ser escoger una hipoteca variable. En general, Laura y su pareja podrían conseguir financiación con un tipo de interés del 2% el primer año y de euríbor más 1% después. Suponiendo que necesitaran 150.000 euros, la cuota mensual a 25 años se quedaría en unos 635 euros los primeros doce meses y después de unos 550 euros. Los cálculos están realizados con el valor actual del euríbor.

La hipoteca variable puede resultar más barata que la fija, pero no hay que perder de vista el riesgo que conlleva. En el caso de Laura, antes de contratar su hipoteca tendría que verificar que podría asumir el pago de cuotas más elevadas. Si el euríbor alcanzara el valor de su media histórica o más (2% o más), la cuota ascendería hasta los 720 euros, como mínimo.

Autónomo con ingresos algo inestables

hipoteca autónomoPedro es autónomo y sus ingresos no son estables a lo largo del año. Hay meses en los que gana 1.800 euros netos y otros en los que ingresa 1.000. La realidad es que conseguir un préstamo hipotecario siendo autónomo no será fácil.

Para incrementar sus posibilidades de acabar firmando con algún banco será esencial que tenga cuantos más ahorros mejor (más del 30% del precio de la vivienda). Además, contratar productos combinados podría ser un aliado para obtener la aprobación siempre y cuando el sobrecoste merezca la pena.

Para el perfil Pedro, lo más probable sería que la entidad le ofreciera una hipoteca fija para eliminar el riesgo de impago ante una eventual subida del euríbor. Esta opción sería seguramente más cara que la hipoteca variable que querría Pedro, pero sería difícil negociar mejores condiciones. En cualquier caso, el banco le podría proponer un seguro de incapacidad temporal para restar incertidumbre y aumentar las posibilidades de conseguir su crédito hipotecario.