Solo en 2018, las cinco principales tasadoras de España realizaron más de 1,16 millones de valoraciones de inmuebles. Porque aunque existen múltiples herramientas online de tasación de pisos gratis, muchas veces preferimos acudir a un tasador porque es difícil saber el valor real que tiene nuestra casa. En este artículo podemos despejar nuestras dudas sobre los documentos que necesitamos y lo que influirá en el valor de tasación de la vivienda.

Viene un tasador a mi piso ¿qué documentos debo tener a mano?

La tasación es uno de los primeros trámites que debemos realizar para vender un piso. Para realizar la valoración, el tasador nos va a pedir la nota simple registral de la vivienda y la referencia catastral del piso.

Estos documentos le permiten verificar los datos importantes del inmueble como: descripción, ubicación, superficie, titularidad y cargas.

La nota simple la podemos solicitar en la web del Colegio de Registradores o personalmente en el Registro donde se encuentre inscrito el inmueble. Suele estar lista en un par de días y tiene un precio de nueve euros si se tramita online y unos tres euros si se solicita presencialmente.

La referencia catastral la podemos obtener accediendo a la Sede electrónica del Catastro o bien localizarla en el último recibo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

Es importante tener esta documentación preparada para el momento en que el tasador visite nuestra casa, para que el proceso se desenvuelva rápidamente y el tiempo de espera de los resultados sea corto.

¿Qué tiene en cuenta un tasador para fijar el precio de venta de mi piso?

Durante la valoración, el tasador hace fotos del interior del piso y de la finca donde está ubicado, realiza mediciones y guarda registro de todos los detalles. Los aspectos que se miran en la tasación de una vivienda son:

  • Estado general de la vivienda: el tasador comprueba las condiciones de todo el piso y sus elementos básicos como el suelo, las ventanas y las puertas, antigüedad de la caldera y funcionamiento de los baños, grifería, cocina, etc. Si la vivienda está reformada se revaloriza.
  • Superficie y distribución: No solo los metros cuadrados valen en la tasación, es importante también que la distribución sea razonable y que las estancias se puedan aprovechar.
  • Iluminación y orientación: Una casa con luz natural está mejor valorada que una totalmente interior. Asimismo, unas buenas vistas también suelen estar muy bien apreciadas.
  • Estado de la finca: se fija en la antigüedad del edificio y si ha pasado la Inspección Técnica de los edificios (ITE), obligatoria en edificaciones de más de 50 años. También toma en cuenta las zonas comunes, si tiene jardín, piscina y ascensor. Por lo general, los pisos ubicados en las últimas plantas que tienen ascensor suelen tener mejor valoración.
  • Ubicación de la vivienda: la localización es el aspecto más importante y el que tiene más peso para fijar el precio. El valor del metro cuadrado varía de una zona a otra en el mercado. Cuando mejor ubicado este el piso, más alto será su precio.
  • Factores externos: el tasador también tomará en cuenta aspectos ajenos al inmueble que pueden afectar negativamente a la valoración del piso, como un exceso de ruido ambiental, contaminación, etc.

Una vez acabada la visita, el tasador hace un estudio de los precios de la zona y coteja los datos del piso con la información de mercado. Con ello, elabora un informe dando un precio de venta sugerido de nuestro piso. Habitualmente, y salvo contratiempos, en menos de una semana podemos tener disponible este informe y saber por cuánto podemos vender nuestro piso.