Tomar la decisión de vender el piso que ha sido nuestro hogar durante años o en el que hemos invertido una buena parte de nuestros salarios no es una tarea fácil. Pero llega ese instante en el que comenzamos a flirtear con la idea de una nueva casa y nos preguntamos ¿ha llegado el momento de vender? Sí las dudas nos impiden tomar una decisión, en este artículo contamos unas cuantas señales que nos pueden servir para aclarar nuestro panorama.
La casa se nos ha quedado pequeña o demasiado grande
Según un estudio de Fotocasa, el 44% de las ventas de viviendas realizadas por particulares en 2018 constituían la primera residencia, siendo los cambios personales los motivos más frecuentes para decidir poner la casa en venta.
Si tenemos muchos años viviendo en la casa, probablemente nuestras circunstancias personales hayan cambiado. Por ejemplo, puede ser que nuestro pequeño piso de solteros no encaje con la nueva realidad que incluye pareja y dos niños. O por el contrario, puede ser que los niños se convirtieran en adultos y hayan decidido volar del nido hogareño, dejando mucho espacio sobrante que requiere mantenimiento.
Sea que estemos ampliando familia o disfrutando de la dulce jubilación, si los metros cuadrados de nuestra casa ya no se adaptan a nuestra situación personal, puede que haya llegado el momento de plantearnos seriamente un cambio.
Tenemos algunos ahorros para afrontar el cambio
Para cambiar de casa debemos tener la capacidad financiera para hacerlo. En este sentido, es importante disponer de algunos ahorros o la garantía de la entrada de un dinero extra para afrontar los gastos que conlleva.
Debemos tener dinero para pagar por todos los trámites a recopilar antes de la firma y que por tanto, no podemos costear con el importe de la venta. Por ejemplo, la tasación inmobiliaria, el certificado energético, la cédula de habitabilidad y la nota simple.
También, si nuestra casa necesita algunos arreglos y tenemos que adecentarla para atraer a un comprador, debemos tener dinero bajo la manga para asumir las reformas.
Además, en el caso de que encontremos la casa de nuestros sueños antes de formalizar la venta, tendremos que hacer frente a la reserva del nuevo piso, que suele representar entre un 5% y un 10% del valor total del inmueble. Y en el caso de tener que tramitar un nuevo préstamo hipotecario, hay que sumar los gastos de constitución de la nueva hipoteca.
Por esto, para saber si estamos listos para vender, solo debemos mirar el saldo de nuestra cuenta bancaria.
Emocionalmente estamos listos para decir adiós
Si nuestras finanzas están como un roble quiere decir que económicamente el momento es idóneo. Pero ¡no tan rápido! antes debemos preguntarnos ¿estamos listos para cortar los lazos con el lugar que ha sido nuestro hogar por años?
Nuestra casa es nuestro bien más preciado y no debemos subestimar el componente emocional que puede tener una eventual despedida. Además, debemos tener en cuenta que el proceso va a requerir de una inversión de tiempo y mucha dedicación.
Es recomendable prepararnos mentalmente para la faena que se nos avecina, mudanza incluida. Sin embargo, si las ganas de vernos viviendo en otro lugar puedan más, es una señal de que llegó la hora de pasar página en la historia con nuestro piso.
El mercado se mueve y está de nuestro lado para vender el piso
Según el Consejo General del Notariado, en España se vendieron 581.364 viviendas en el 2018, un 9,2% más que en el 2017. A nivel de precios, la vivienda se incrementó una media del 6,7% en el mismo periodo, siendo la mayor subida desde 2007 y sumando cinco años seguidos de incrementos, según el último índice elaborado por el Instituto Nacional de Estadística.
Esto es una muestra de que el mercado local se ha reactivado y vive uno de sus mejores momentos desde los años de la crisis. Sin embargo, es conveniente indagar a cuánto se cotiza nuestra vivienda en el mercado, bien sea a través de una tasación online gratuita o mediante un informe exhaustivo de valoración de un profesional. Si los números cuadran y nuestra casa se cotiza a buen precio, es porque es un buen momento para vender.
Como podemos ver, aunque la determinación de vender nuestro activo más importante hay que tomarla con cabeza fría, si ya se nos ha pasado por la mente, nuestras circunstancias personales lo exigen y, además, nuestro bolsillo lo permite, es porque ha llegado la hora de vender.
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