Cada uno tiene sus rutinas al despertarse. Puede haber pequeñas diferencias, pero lo que casi todos hacemos es coger el móvil y echar un vistazo a cómo está el mundo antes de salir de la cama. Una de las primeras aplicaciones que abrimos es Instagram. Después de pasar una par de historias que no nos interesan, aparece una publicación promocionada: consigue dinero al instante para lo que quieras. Aún no nos hemos quitado las legañas y ya nos ofrecen préstamos rápidos. Como vamos a ver, será el primero de muchos.
Móvil, carteles y televisión: préstamos rápidos las 24 horas
El segundo llega una vez nos desperezamos y nos aseamos. Durante el desayuno entramos en nuestra banca online para ver si hemos cobrado, pero una ventana emergente nos asalta antes: “Tienes un préstamo preconcedido a solo un clic de distancia”. “¿Y si lo cojo?”, pensamos.
El tercero
De momento toca ir a trabajar. Salimos corriendo de casa y perdemos el metro, el autobús o el tren; no importa cuál sea nuestro transporte, lo vamos a perder. Mientras esperamos, alzamos la mirada hacia una publicidad: “Consigue tu crédito en menos de 48 horas”. Es Cofidis ofreciendo su Crédito Directo de hasta 4.000 euros. ¡Ya van tres!
El cuarto
La parte buena de haber perdido el primer tren es que el siguiente va vacío y podemos sentarnos. Conectamos la radio. Durante los anuncios, un señor nos avisa de que, si necesitamos préstamos rápidos, podemos conseguirlos llamando a un número de teléfono donde nos atenderán de forma personalizada. El cuarto está en el bote.
El quinto
Por fin estamos en nuestra mesa y nos ponemos a trabajar. Enfrente escuchamos cómo una compañera le explica a otra cuánto le ha costado el coche nuevo. Miramos la web del fabricante y el vehículo es caro, pero la marca nos ofrece financiación, es decir, otra opción de préstamo.
El sexto
Después de comer bajamos a tomar un café. Al doblar la esquina pasamos por una oficina bancaria. “Solicita tu crédito online”, se puede leer en el exterior. Los bancos también se han pasado a los préstamos rápidos. ¡El sexto!
El séptimo
Una vez termina nuestra jornada laboral, nos pasamos por el centro comercial. Queremos un portátil nuevo. El de 500 euros está bien, pero nos gusta más el de 1.200. Para cumplir nuestros deseos, otra vez aparece la financiación: la tienda permite pagar a plazos con un interés muy reducido.
El octavo
Ya en casa, cenamos y vemos un poco la tele. En los anuncios de la película escuchamos un slogan: siéntete Vivus. Son los Minicréditos a plazos de Vivus.
¿Cómo actuar ante tanta tentación?
Por fin nos metemos en la cama. Antes de acostarnos, echamos un vistazo a Twitter y encontramos un titular que llama nuestra atención: “La concesión de créditos rápidos continúa creciendo”. No nos lo podíamos esperar… A dormir tras un día en el que hemos recibido ocho ofertas de financiación. ¿Cómo debemos responder a tanta tentación?
- Solo debemos recurrir a la financiación cuando sea necesario. El hecho de que haya mucha oferta no debe suponer que solicitar un crédito inmediato sea obligatorio.
- En el mismo sentido, antes de decidirnos tendremos que comprobar que si pedimos un préstamo rápido podremos pagar las cuotas.
- En caso de necesitarla y poder hacer frente a sus cuotas, es fundamental utilizar un comparador de créditos para conseguir la mejor oferta.
Con esas consideraciones en mente estaremos preparados para canalizar la ola de propuestas que cada día se nos viene encima.
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