Dice un proverbio sueco que una pena compartida se transforma en media pena. Algo parecido ocurre cuando tienes contratado un préstamo con dos titulares: como compartes la deuda con otra persona, el impacto de las cuotas en tu economía personal será menor que si el crédito está solo a tu nombre.
Esta ventaja lleva a muchas personas a pedir financiación junto a su pareja, uno de sus padres o un hermano. Sin embargo, antes de contratar un préstamo con otra persona, debes ser consciente de todos los problemas que puede generarte. Solo así podrás valorar si te conviene seguir adelante con la operación o si es mejor endeudarte solo. Para ayudarte a tomar la decisión, te explicamos los pros y los contras de firmar un crédito con dos titulares.
Ventajas de compartir un crédito
Podrás compartir el gasto
Empecemos por las ventajas. Como ya hemos dicho, si el crédito lo pagas con otra persona, el coste que tendrás que asumir en intereses y otros gastos se reducirá hasta la mitad (suponiendo que se pague al 50%). Esto te permitirá disponer de más dinero para ahorrarlo o dedicarlo a otros gastos.
Además, compartir el préstamo con tu pareja o con otra persona es más seguro. Si uno de los dos se queda sin trabajo, el otro podrá cubrir su parte de la cuota hasta que encuentre otro empleo.
Te ofrecerán unas mejores condiciones
El riesgo de impago que asume una financiera cuando presta dinero a dos personas es más bajo que si se lo presta a una sola. Por ello, las entidades suelen ofrecer unas mejores condiciones si el préstamo tiene dos titulares o más: un interés más bajo, un importe más elevado, menos comisiones…
Por ejemplo, la financiera Cofidis rebaja el interés de su Crédito Directo si lo pides junto a un cotitular: del 18,31% TIN (19,93% TAE) al 17,46% TIN (18,93% TAE). Este producto permite conseguir entre 500 y 4.000 euros en 24 horas para hacer frente a cualquier gasto imprevisto.
Tendrás más probabilidades de conseguir financiación
Por ese menor riesgo, también encontrarás más entidades dispuestas a concederte el crédito si lo pides con otra persona. Eso sí, ambos debéis tener un buen perfil para que aprueben vuestra solicitud: un salario suficiente para pagar las cuotas, un trabajo estable y pocas o ninguna deuda vigente.
Desventajas de pedir un préstamo con dos titulares
Veamos ahora cuáles son las desventajas de compartir una deuda:
Se generarán problemas si uno no paga
El pero más evidente es que si un titular no paga lo que le toca, la financiera reclamará la demora a los dos. Si el impago no se resuelve, ambos sufrirán las consecuencias sin importar cuál de los dos sea el responsable: cobro de comisiones e intereses de demora, embargo de los bienes presentes y futuros…
El préstamo seguirá existiendo aunque la relación se rompa
Otro factor que debes tener en cuenta es que el crédito lo seguiréis pagando entre los dos si vuestra relación se rompe. Pongamos, por ejemplo, que pides un préstamo con tu pareja para reformar la casa en la que vivís ambos. Si os separáis y la vivienda se la queda tu ya expareja, ambos tendréis que seguir pagando el préstamo hasta que quede liquidado. Y recuerda: si no lo pagas, tú también sufrirás las consecuencias.
Los dos titulares tendrán problemas para conseguir otro crédito
Finalmente, cuando se comparte una deuda, esta se inscribe a nombre de los dos titulares en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), que es el registro que consultan las entidades para conocer el historial crediticio de los que piden financiación. Esto perjudicará al cotitular de tu préstamo si pide otro para financiar cualquier otro proyecto que tenga, porque al tener otra deuda, tendrá menos probabilidades de que aprueben su solicitud.
Habla con el otro titular y acuérdalo todo
Como puedes ver, pedir un préstamo junto a otra persona puede ser beneficioso, pero también tiene sus desventajas. Por ello, te aconsejamos sopesar los pros y los contras y valorar si te conviene compartir el crédito o endeudarte solo por tu cuenta.
En caso de que prefieras solicitar el crédito con otro titular, nuestra recomendación es que formalices un contrato privado aparte con esa persona. En ese contrato debéis indicar cómo os repartiréis el pago de las cuotas, quién se encargará del préstamo en caso de disputa o de ruptura de la relación, cómo reclamar posibles impagos de la otra parte, etc. Así, en caso de que haya cualquier problema, podrás exigir que se cumpla lo acordado.
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