NCon el fin de año a la vista, muchos ahorradores empiezan a hacer aportaciones extraordinarias a sus planes de pensiones con el objetivo de maximizar el límite anual deducible de 1.500 euros.
Se trata de una práctica muy habitual, ya que permite que los contribuyentes optimicen su Declaración de la Renta del próximo año y, por ende, paguen menos IRPF.
A medida que se acerca esta fecha, las gestoras conocedoras de estas prácticas sacan al mercado «jugosas» ofertas, como bonificaciones de hasta 4.000 euros, para atraer no solo estas nuevas aportaciones, sino también al traspaso de los planes de pensiones ya existentes.
¿A quién no le interesaría sumar 4.000 euros a sus ahorros sin tener que hacer prácticamente nada, salvo cambiar de entidad el plan de pensiones? Pero aunque estas ofertas pueden parecer atractivas, no siempre resultan beneficiosas.
¡Cuidado con la letra pequeña de los traspasos!
Muchas entidades ofrecen bonificaciones por traspasos, pero, a menudo, estas condiciones vienen acompañadas de letra pequeña que podrían poner en riesgo tus ahorros a largo plazo.
Aquí te presentamos algunos puntos a considerar antes de hacer un movimiento:
- Condiciones de la bonificación. A menudo, las bonificaciones ofrecidas por las entidades están sujetas a condiciones que pueden ser complicadas. Esto podría incluir mantener tu inversión por un período mínimo de hasta 8 años o realizar aportaciones adicionales que no tenías previstas.
- Aportaciones a tiempo. Si tu objetivo es aprovechar la deducción fiscal máxima, asegúrate de que cualquier traspaso no interfiera con tus aportaciones extraordinarias antes de que finalice el año. A veces, el proceso de traspaso puede llevar más tiempo de lo esperado.
- Impacto en la rentabilidad. Al traspasar tu plan de pensiones, es fundamental revisar la rentabilidad histórica y las comisiones del nuevo producto. Un cambio que parece beneficioso en términos de bonificación puede resultar en comisiones más altas que lastran tus ganancias en el futuro. Este mismo punto se puede aplicar a la rentabilidad del nuevo plan, que puede ser inferior al que ya tenías.
- Objetivos financieros a largo plazo. Considera si el plan de pensiones al que deseas traspasar realmente se alinea con tus objetivos financieros a largo plazo. A veces, la fidelidad a un plan de pensiones que ha dado buenos resultados a lo largo del tiempo puede ser más beneficiosa que un atractivo temporal.
Algunos ejemplos
Para que te quede aún más claro, a continuación te contamos algunos ejemplos de la letra pequeña de las ofertas que hemos encontrado en el mercado.
- Periodos de permanencia de hasta 8 años para lograr la máxima bonificación, que depende también de un importe mínimo. Piénsalo, ya que si no estás contento con el nuevo plan de pensiones, con su filosofía de inversión o con rendimiento, no puedes cambiarlo a no ser que devuelvas la bonificación.
- Bonificaciones en determinados planes de pensiones. Algunas bonificaciones solo se aplican a determinados planes de pensiones, generalmente el que quiere vender la gestora, que puede ser diferente al que tu elegirías.
- Algunas bonificaciones no se llevan a cabo en dinero, sino en una serie de incentivos para contratar servicios u otros productos como seguros, que puede restar interés a la oferta.
- Recuerda, finalmente, que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Por lo que si te ves tentando a traspasar tu plan de pensiones porque el nuevo tiene un buen desempeño, mejor analiza el mercado y la rentabilidad potencial en el medio y largo plazo.
En cualquier caso, y antes de realizar cualquier movimiento en ese sentido, analiza si realmente la bonificación merece la pena.
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