“Datos” se ha convertido en una de las palabras favoritas de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. Desde que comenzará a subir los tipos, el pasado 21 de julio de 2022, la francesa la ha repetido una y otra vez para describir el porqué de sus decisiones en la política monetaria europea. Y una vez más, serán los datos los que dicten durante cuánto tiempo continuarán altos los tipos.
Este 26 de octubre, la máxima institución bancaria ha tomado la decisión de mantener el precio del dinero y no aumentarlo. Tal y como ya dio a entender tras la subida del pasado septiembre, el BCE, esta vez, optó por congelar los tipos en su nivel actual para recabar información adicional sobre las implicaciones de la política monetaria. Dicho con otras palabras, el BCE hará un alto en el camino para evaluar el impacto del endurecimiento de la política monetaria sobre la inflación y la evolución económica de la eurozona.
“Bajo ningún punto Lagarde y su equipo quieren ahogar a Europa, y menos ahora que se libra otra guerra. Además, el coste de las deudas de los países miembros es cada vez más caro, así que es de esperar que en esta reunión el BCE frene las subidas, en un intento por darle un respiro a la economía europea”, explica Olivia Feldman, economista y cofundadora del comparador financiero HelpMyCash.com.
Mientras Fráncfort hace malabares para contener y disminuir la inflación en la eurozona —septiembre cerró al 4,3 %— y analiza con atención los serios indicios de congelamiento de la economía europea, —sobre todo la alemana, que necesita más tiempo para recuperarse de los efectos del aumento de los precios de la energía—, los ciudadanos de a pie se preguntan si este parón en la política monetaria representará una mejora para sus finanzas.
“En realidad, que los tipos se queden congelados al 4,5% no representa, por ahora, una mejora de la situación financiera española. El coste de la cesta básica seguirá golpeando al bolsillo de los consumidores y los hipotecados a tipo variable que tengan una revisión en los próximos meses volverán a ver cómo sus cuotas se encarecen”, describe Feldman.
Y es que, aunque la inflación esté cediendo en la eurozona, el precio de los productos no se ha visto impactado. “Para sentir que la compra del mercado ha bajado, tendríamos que llegar a una inflación negativa y no solo no estamos allí, sino que nada apunta a que la inflación descienda en caída libre. Digamos que la persistencia de la inflación responde más a la evolución de la energía y otras materias primas, que a una demanda interna sobrecalentada”, reconoce la experta de HelpMyCash.
¿Por qué los hipotecados a tipo variable todavía no podrán cantar victoria?
Mientras el euríbor no descienda de golpe, los hipotecados a tipo variable seguirán sufriendo cada vez que les toque una revisión. Y de mantenerse la tendencia actual, en la que se ubica al 4,1% —décimas por arriba, décimas por abajo—, las cuotas serán más caras que hace seis meses o un año, según cuando sea su revisión. “Por eso no nos cansamos de decirle a todos los hipotecados a tipo variable que no esperen más y renegocien su hipoteca, sobre todo, para aquellos que cuentan con un perfil bueno, pueden mejorar sus condiciones y protegerse de la incertidumbre del futuro del euríbor. Además, como es final de año, las entidades necesitan llegar a sus metas de venta, así que tienen más margen para ofrecer buenos tratos”, aconseja Feldman.
Con los tipos congelados, ¿qué pasará con la remuneración de los depósitos?
“En este año y meses que los tipos de interés subieron —10 veces ininterrumpidamente— la gran banca española no movió ficha o al menos no como se esperaba”, reconoce la cofundadora de HelpMyCash.
Pero la economista, recalca, sin embargo, que este es el momento de aprovechar los intereses que ofrecen los plazos fijos. “Hace años que los depósitos no ofrecían rentabilidades como las que se ven ahora, y es una pena que los españoles no saquen tajada de sus ahorros”, sostiene Feldman.
Según la experta, en la actualidad hay bancos online en países vecinos como Italia, que dan a un año un 4,40% TAE. Además, cuentan con un Fondo de Garantía de hasta 100.000 euros por cliente y entidad y se pueden contratar desde España.
“Es momento de poner a trabajar el dinero. Aprovechar esas remuneraciones tan atractivas y con mínimo riesgo es una oportunidad en una situación como la actual, en la que el mercado de renta variable y fija, vive turbulencias y rentabilidades negativas”, puntualiza.
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