Una de las condiciones más comunes que encontramos cuando estamos buscando un préstamo es tener que contratar productos vinculados para poder acceder a la financiación. Estas vinculaciones pueden ser tan simples como abrirnos una cuenta para que nos depositen, en cuyo caso podemos denominarlos préstamos sin vinculación, hasta muy complejos como contratar planes de pensiones o utilizar un mínimo la tarjeta de crédito con un método de pago concreto. ¿Cuáles son nuestros derechos ante las vinculaciones?, ¿qué debemos saber para analizar si los productos vinculados son interesantes? Te lo explicamos en este artículo.

7 características a revisar con las vinculaciones de los créditos

Antes de acceder a vincularnos al contratar un préstamo, o para contratar cualquier tipo de producto financiero, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos para poder analizar la oferta correctamente.

  • Tipo de vinculación. Existe una gran cantidad de productos vinculados que podrían pedirnos contratar. Según el tipo de producto, será más o menos sencillo contratarlo. Entre las vinculaciones más comunes encontramos:
    • Cuenta bancaria
    • Domiciliar nómina
    • Domiciliar recibos
    • Contratar tarjeta de crédito
    • Utilizar tarjeta de crédito
    • Contratar plan de pensiones
    • Contratar un seguro
  • Si es gratuita. Muchas vinculaciones como domiciliar la nómina o los recibos son gratuitas, pero otras muchas tienen costes adicionales al coste del préstamo y es importante tener lo en cuenta para calcular qué préstamo será más barato.
  • Si es obligatoria. No todas las vinculaciones son de contratación obligatoria, otras muchas son opcionales, por lo que debemos preguntar específicamente (y que quede por escrito) si esta es o no obligatoria.
  • Si es un producto que entendemos. Una cuenta puede ser sencilla de comprender, pero utilizar el pago aplazado de una tarjeta de crédito o contratar un plan de pensiones o un fondo de inversión es más complejo. Es importante contratar solamente productos que entendemos, especialmente si son productos de inversión.
  • Condiciones de contratación. Si, por ejemplo, tenemos que contratar una tarjeta de crédito, debemos prestar especial atención a si debemos realizar un gasto mínimo mensual o anual o si debemos pagar con algún método de pago determinado. Lo mismo ocurre con un plan de pensiones o un fondo de inversión, por si tenemos que realizar aportaciones periódicas.
  • Fecha de contratación obligatoria. Algunas vinculaciones sí son obligatorias, pero no lo será tenerlo durante toda la vida del crédito. Es importante conocer durante cuánto tiempo debemos mantener dichos productos en la entidad y a partir de cuándo seremos libre de cambiar de banco.
  • Rebaja en los intereses al contratarlo. La mayoría de bancos ofrecen contrataciones de vinculaciones opcionales a cambio de una rebaja en el interés de los préstamos. En este caso debemos calcular cuál será la mejor alternativa para nosotros.

Además, también es importantísimo leer con detenimiento el contrato de cada producto adicional que contratemos para conocer en detalle todas las características antes de firmar.

También podemos encontrar en el mercado préstamos personales sin vinculaciones y sin cambiar de banco como es el caso de los Crédito Proyecto de Cofidis, los cuales podremos contratar desde el 4,95% TIN (5,06% TAE), sin comisiones, sin productos vinculados y sin cambiar de banco.

¿Cuándo es buena idea contratar un producto vinculado a un préstamo?

La idoneidad sobre si contratar una vinculación o no al buscar un préstamo personal dependerá de diferentes factores, así como de las necesidades financieras que tengamos y queramos cubrir.

Si los productos vinculados son gratuitos, como domiciliar una nómina, solamente supondrá un poco de papeleo extra contratarlo, aunque dependerá de las ventajas que nos ofrece nuestro banco actual. Además, si esta vinculación tiene una rebaja en el interés del crédito puede ser una alternativa interesante.

Por otro lado, si los productos tienen un coste adicional, deberemos evaluar si son productos que necesitamos financieramente o, si tienen rebajar en el préstamo, calcular si el coste del producto será menor del coste que nos ahorraremos.

En definitiva, todo se reduce a hacer números para saber cuál será la mejor alternativa según nuestra situación personal y, si no, buscar préstamos sin vinculaciones para evitar quebraderos de cabeza.