El próximo martes 29 de septiembre concluye el periodo establecido por el Gobierno para acogerse a la moratoria hipotecaria. Esta medida excepcional se aprobó en marzo por Real Decreto como medida de protección a las familias en situación de vulnerabilidad ante el covid-19. En un primer momento, quienes no pudieran hacer frente a las cuotas podrían disfrutar de una carencia total durante un mes, un periodo que posteriormente fue ampliado a tres meses. Sin embargo, la pandemia no ha dado tregua y muchos deudores no se han recuperado económicamente hablando. Por eso, “no puedo pagar la hipoteca” sigue siendo una de las frases que ahogan o que temen los españoles en estos momentos. A continuación, analizaremos las distintas alternativas para evitar una ejecución hipotecaria.
1.- Acógete al Código de Buenas Prácticas
Tanto si hemos podido beneficiarnos de la moratoria hipotecario como si no, podemos consultar si cumplimos los requisitos para acogernos al Código de Buenas Prácticas. De ser así, los bancos adheridos a este código están obligador aplicarnos las siguientes medidas para facilitarnos el pago del préstamo hipotecario mediante una restructuración de plan de pagos:
- Medidas previas. Están constituyen la primera alternativa que nos ofrecerá el banco. Para ello, nos podrá aplicar una carencia parcial de cinco años, de forma que solo pagaríamos los intereses y la cuota se abarataría; una ampliación del periodo de amortización hasta los 40 años desde el momento de la firma de la hipoteca, para reducir también las mensualidad; y/o rebajar el tipo de interés a euríbor más 0,25% durante la carencia.
- Medidas complementarias. Si las acciones anteriores no son efectivas o suficientes, entonces existe la opción de solicitar una quita del capital pendiente. Esta podría ser del 25% de la deuda, entre otras opciones.
- Medidas sustitutivas. Por último, si nada de lo anterior nos ayuda a pagar la hipoteca, la última vía para saldar la deuda sería la dación el pago. Así, entregaríamos nuestra vivienda al banco a cambio de saldar la deuda. Aun así, si lo solicitamos podremos quedarnos dos años en la vivienda en modalidad de alquiler social.
2.- «No puedo pagar la hipoteca»: negocia con el banco
Si no damos el perfil para beneficiarnos del Código de Buenas Prácticas, otra opción pasaría por negociar directamente con el banco. Ante situaciones de impago o posible impago, a la entidad también le podría interesar pactar una solución antes de llegar a una ejecución hipotecaria.
Por una parte, podríamos intentar negociar una carencia parcial o la prolongación del plazo de devolución del crédito. De esta semana, conseguiremos reducir el total a pagar mes tras mes hasta que nuestra economía nos permita retomar el ritmo original del contrato hipotecario.
Por otra parte, si tenemos otros préstamos o tarjetas de créditos por pagar, también podríamos negociar una reunificación de deudas con la entidad. Si lo consiguiéramos, tendríamos todo agrupado en una única cuota y en total pagaríamos menos, ya que reduciríamos el gastos en intereses.
3.- Alquila habitaciones o vende la vivienda para saldar la deuda
Aunque podría no ser la opción más agradable, si tenemos habitaciones vacías, arrendarlas y convivir con otros inquilinos podría ser una manera más de conseguir ingresos y poder pagar la hipoteca hasta que mejore nuestra situación.
Por último, si el valor de la vivienda es superior a la deuda que tenemos pendiente con el banco, podríamos plantearnos poner la casa a la venta y con el dinero que obtengamos cubrir la deuda y vivir en una casa más asequible o alquilar un piso que podamos pagar.
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