El Covid-19 ha significado un varapalo para el mercado inmobiliario español. El confinamiento impidió la realización de miles de compraventas en los meses anteriores y ahora, en la nueva normalidad, la amenaza de una crisis económica y el incremento del desempleo se cierne sobre las expectativas de compradores y vendedores. Estos, según un estudio realizado por Housell, parecen no estar conciliando sus intereses: la oferta se niega a ajustar el precio de la vivienda en España y la demanda esperar comprar a precio de chollo. En este artículo lo contamos.

Los vendedores se resisten a las rebajas y rechazan ofertas por debajo del precio

Según los datos y el análisis realizado por la inmobiliaria online Housell los propietarios de viviendas siguen resistiéndose a bajar los precios de sus pisos. De hecho, las cifras indican que los vendedores continúan rechazando ofertas que se encuentran a más del 4,2% del importe publicado en el anuncio. Es decir, el descuento promedio que está dispuesto a aceptar un vendedor es el mismo que el de antes de la pandemia: un 4% menos del precio inicial.

Según la proptech, a pesar de la situación que vivimos, muchos vendedores creen que la crisis es circunstancial y que la disminución de la demanda no se va a alargar mucho en el tiempo. No obstante, según palabras del CEO de Housell, algunos están empezando a replantearse los precios, ya que las viviendas que se ponen a la venta a los mismos importes que antes de la pandemia tienen dificultades en encontrar un comprador.

Esto se agudizará pasado el verano según la inmobiliaria online, ya que es probable que la demanda comience a reducirse si los precios no bajan, lo que implica que a medio-largo plazo, inevitablemente, los vendedores tendrán que optar por hacer ajustes para lograr vender sus pisos.

Los compradores quieren aprovechar la situación para comprar más barato

De acuerdo a los datos compartidos por Housell, a finales de mayo, una vez finalizado el confinamiento total, el número de ofertas presentadas por compradores comenzó a subir hasta alcanzar prácticamente los niveles de antes de la pandemia.

No obstante, ha aumentado el número de compradores que intentan adquirir los pisos a precios que están por debajo de los publicados en los anuncios. Sin embargo, como hemos mencionado, los vendedores no están dispuestos a aceptar rebajas agresivas. Es decir, la demanda y la oferta no se están encontrando haciendo que resulte más difícil vender un piso.

Entonces ¿tendré que bajar el precio para poder vender mi piso?

Si nuestra intención es vender rápido la vivienda tendremos que fijar un precio atractivo para poder concretar la operación. Incluso, si lo estamos vendiendo desde antes de la pandemia es probable que tengamos que ajustar el importe. De lo contrario, podríamos tardar mucho en encontrar un comprador.

Además, existe mucha incertidumbre en el mercado y, si bien, nadie sabe a ciencia cierta lo que pasará en los próximos meses, la mayoría de los expertos coinciden en que los precios bajarán. Por esto, entraña cierto riesgo no ajustar nuestro importe de venta ahora, porque puede suceder que a medio-largo plazo tengamos que vender aún más barato.

Dado esto, es aconsejable tasar nuestra vivienda tantas veces como sea necesario, bien sea a través de las múltiples herramientas de tasación online de la vivienda o acudiendo a varias agencias inmobiliarias para que nos valoren el piso. También podemos consultar los precios de pisos similares a nuestro en los portales inmobiliarios. Así, nos hacemos una idea de cuál es el precio competitivo que tiene más probabilidades de ayudarnos a cerrar una venta.

 

Eso sí, realmente, el precio de mercado de nuestro piso será aquel que un comprador esté dispuesto a pagar. Por esto, el interés que despierte nuestra vivienda y las ofertas que recibamos serán los indicadores que nos dirán si el importe es el adecuado.