Siempre hay situaciones que requieren el desembolso un dinero que no tenemos, como puede ser el pago de la matrícula de la universidad, renovar o conseguir un vehículo o hacer reformas en casa. Pero, también es verdad que no siempre sabemos de dónde sacar la cantidad que necesitamos. Pues bien, para resolver cualquier duda y responder vuestras preguntas, hoy os traemos las diferencias que existen entre los préstamos personales y los préstamos hipotecarios para que os aseguréis una elección acertada.

¿Qué es un préstamo personal?

Es un tipo de financiación que se solicita para el consumo de un bien o servicio cualquiera para el cual no tenemos dinero suficiente y que, por tanto, no podemos pagar al contado. Por ejemplo, adquirir un vehículo, vacaciones, estudios, reformas, etc.

Los préstamos personales no suelen ser de cantidades elevadas, normalmente el máximo es de 75.000 €, aunque pueden tener variaciones, dependiendo de la entidad y las condiciones financieras del cliente, y llegar hasta los 100.000 €.

El periodo de contratación no suele superar los 5 años, aunque también puede cambiar llegando incluso a los 10 años.

El tipo de interés aplicado en un préstamo personal suele ser más alto que en las hipotecas ya que no cuenta con una garantía o respaldo tangible (un inmueble). El prestatario responderá con sus bienes presentes y futuros en caso de insolvencia.

¿Qué es un préstamo hipotecario?

Por otro lado, aunque una hipoteca también es un tipo de financiación, se destina a la compra de un bien en concreto, un inmueble, ya sea vivienda, local comercial o terreno.

A la hora de solicitar un préstamo hipotecario debemos tener en cuenta que nunca nos financiarán el coste total, normalmente el máximo es del 80 %, por tanto, dependerá del precio estipulado del inmueble.

El periodo de devolución de una hipoteca es mucho más alto que el de un préstamo personal. Puede variar desde 5 hasta 40 años.

En cuanto al tipo de interés de un préstamo hipotecario, es generalmente más bajo que el de un préstamo personal. La razón es que en el contrato se pacta, a través de una garantía hipotecaria, que el inmueble funcionará como aval en caso de impago.

Un dato importante a tener en cuenta es que, los préstamos personales no tienen gastos adicionales. Los préstamos hipotecarios sí incluyen costes extra que encarecen el total a pagar. Los gastos añadidos resultan del precio de gestión por parte de la entidad prestamista (estudio, apertura y notario) y por el registro de propiedad.

Lo más recomendable a la hora de solicitar una hipoteca es disponer de ahorros de entre 20.000 euros y 30.000 euros para hacer frente al porcentaje que se quedará sin financiar y a los gastos complementarios del propio préstamo.

¿Cómo pedir una hipoteca al banco?

El hecho de no conocer bien los conceptos y términos incluidos en un préstamo hipotecario puede hacer que contratemos una hipoteca que no esté hecha a nuestra medida o más cara de lo que esperábamos. Para evitarlo, te presentamos nuestra guía gratuita “Cómo pedir una hipoteca”, compuesta por las 25 preguntas clave listas para imprimir y rellenar; calculadoras para saber qué es lo más conveniente y múltiples consejos para ir a la sucursal con las ideas claras.