La historia del préstamo personal es sin duda un mundo por descubrir pues, esta práctica crediticia lleva entre nosotros más de 2050 años. Desde el Imperio romano hasta la actualidad tanto el control como el impago del capital han ido desarrollándose pero aun así, la esencia sigue siendo la misma: prestar dinero a las personas que lo necesitan a cambio del pago de intereses en un plazo determinado. Veamos cuál ha sido su evolución a lo largo de los siglos.

El Imperio romano, un gran aliado de la financiación

Etimológicamente hablando, la palabra crédito (tantas veces utilizada como sinónimo de préstamo) proviene del latín y significa confiar o tener confianza. Y eso es lo que hacían los argentarios (primeros prestamistas romanos en el s.V a.C), quienes cedían su dinero a cambio del cobro de un tipo de interés, especialmente a mercaderes y agricultores con el fin de que estos pudiesen ampliar su comercio. En esta época, quien no devolvía el importe de un préstamo personal podía convertirse en esclavo e incluso ser perseguido hasta la muerte.

«Al César lo que es del César»

Durante la época argentaria los prestamos provenían de personas e instituciones privadas y no fue hasta la implantación de la ley Minucia, en el 216 a.C, cuando el control del capital pasó a ser de dominio público. Dicha ley estableció la creación de la banca publica romana que prestaba el dinero a cambio de seguridad para el Estado. Es decir, si no pagabas te quitaban tus bienes, que servirían para incrementar los fondos en caso de crisis.

Aunque hayan pasado muchos siglos, hoy en día si no devolvemos nuestro préstamo también debemos hacer frente al pago con nuestros bienes presentes y futuros. Por ello deberemos solicitar un crédito únicamente si somos conscientes de que lo podremos devolver en el plazo acordado. Si confiamos en nuestro buen perfil y necesitamos un préstamo personal, una buena financiación a la que podemos acudir es el Crédito Proyecto de Cofidis, con el que podremos conseguir hasta 15.000 euros a un tipo de interés desde el 5,95% TIN (6,11% TAE).

La Época Medieval puso en jaque al crédito personal

En la Época Medieval, los prestamistas más destacados fueron los judíos, siendo dos las principales razones de su auge:

  • Motivo económico: tenían prohibido realizar la mayoría de los oficios de la época.
  • Motivo religioso: tanto la religión cristiana como la islámica prohibían realizar préstamos con intereses, pues el cobro de estos ese consideraba una usura. En cambio, la religión judía no ponía ningún impedimento al respecto, lo que acabó convirtiendo esta práctica en un negocio.

El s.XV, un cambio de mentalidad

Conforme fueron avanzando los siglos, la nobleza decidió también adentrarse en el mundo de la financiación. Y en esta época podemos destacar a Cristóbal Colón y su viaje a las américas, pues no fue sino Luis de Santángel (funcionario del rey Fernando el Católico), quien le concedió un préstamo personal del propio Colón para poder realizar su expedición.

La banca actual, un invento del s. XVIII.

El último tramo de la evolución del préstamo personal lo podemos datar en el s.XVIII, con la aparición en Europa de los bancos tal cual hoy los conocemos, pero con un nuevo matiz: el crédito pasó a ser accesible para toda la población, sin importar la clase social.

Así bien, con el paso de los años y la aparición del mundo online el préstamo personal ha ido evolucionando y adquiriendo nuevas formas como los minicréditos o los créditos rápidos. Pero ¿qué  nos deparará el futuro? Esta es una pregunta que únicamente el tiempo sabrá responder.