Las tarjetas de crédito son un gran aliado para conseguir financiación de manera inmediata. Una de sus principales ventajas, además de la rapidez con la que conseguir un extra de liquidez, es que nos permiten escoger cómo preferimos devolver el dinero utilizado. Podemos o bien pagar el total del crédito utilizado de un mes a comienzos del mes siguiente sin que nos cobren intereses o bien hacerlo en cuotas mensuales del importe que mejor nos convenga. Si escogemos el pago aplazado, tenemos dos opciones sobre cómo se definirán las cuota y que influirán en el plazo y en cuánto pagaremos de intereses.

Cómo funciona el pago aplazado con las tarjetas

Usar el pago aplazado con las tarjetas de crédito nos permitirá poder pagar grandes gastos como la compra de un electrodoméstico o de un viaje en cuotas mensuales más asequibles. No obstante, para aplazar los pagos debemos saber cómo funcionan las dos alternativas que tenemos: el pago con cuota fija y el pago porcentual.

Una mensualidad fija al mes, independientemente de lo que gastemos

El pago con cuota fija es, tal y como su nombre indica, una forma de reembolso con las tarjetas de crédito con la que siempre pagaremos  la misma mensualidad independientemente del crédito que tengamos pendiente. Normalmente tiene un límite mínimo que suele rondar los 20 € y un límite máximo que, por lo general, no sobrepasa los 200 €. Es la opción recomendada ya que sabremos siempre cuánto pagaremos cada mes, aunque puede conllevar el peligro de gastar de más y no notarlo en nuestro bolsillo al mes siguiente, pudiendo llevarnos a un sobreendeudamiento.

Pagar un porcentaje de lo gastado con las tarjetas de crédito

Por otro lado tenemos el pago porcentual por el cual escogeremos el porcentaje de la deuda que queremos reembolsar y este irá variando cada mes en función del total a deber a crédito. Al igual que el pago fijo tiene unos límites que suelen ir desde el 2 % (con un mínimo de 20 €) y hasta el 50 % de la deuda. El peligro de este tipo de reembolso es que, aunque solo hagamos una compra con la tarjeta, la cuota será cada vez más pequeña hasta llegar al límite mínimo de 20 € y tardaremos más tiempo en pagarlo.

Así, si el total a reembolsar (incluyendo intereses) es de 300 € y decidimos reembolsarlo con una cuota porcentual del 20 %, el primer mes pagaremos 60 €, pero el segundo mes se recalculará la cuota sobre el total a deber (240 €) por lo que pagaríamos 48 €, al tercer mes 38,4 € (debiendo todavía 153,6 €) y así consecutivamente hasta que la cuota fuese de 20 €.

¿Por qué es importante saber cómo devolver la deuda de la tarjeta?

Debemos tener en cuenta que la forma de reembolso afecta al plazo, lo que afecta a los intereses. Mientras más tiempo estemos pagando, más intereses se generarán y más tendremos que pagar por el mismo capital. En una compra de 300 € a devolver en 4 meses (al 24 %) solo se generarían 15 € en intereses, pero si alargamos el plazo a 10 meses los intereses ascenderían hasta los 34 €. Es importante realizar un cálculo de cuánto pagaremos cada mes según lo gastado y durante cuánto tiempo lo haremos para calcular cuál será la mejor forma de reembolsar el saldo que utilicemos.

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