Tel Aviv acogerá este sábado el célebre Festival de Eurovisión. A pesar de la polémica que han levantado los precios para asistir al evento, la gran final hace días que colgó el cartel de aforo completo. Los eurofans que vivan la fiesta de Eurovisión en directo habrán pagado entre 286 y 423 euros por cada entrada y los que vean el concierto desde la Green Room, unos 498 euros. Una afición cara a la que, además, hay que sumar el traslado a un destino que se encuentra a unas cuatro horas y media en avión de Madrid. Pero hay más, viajar esconde otro gasto que a veces pasamos por alto: las comisiones bancarias por pagar con tarjeta en otra divisa y por sacar dinero en un cajero extranjero.
La entrada a la final de Eurovisión, hasta 498 euros
Los eurofans españoles lo tuvieron fácil el pasado año. Con Lisboa a tiro de piedra y unos precios más contenidos, asistir al Festival de Eurovisión en 2018 fue relativamente asequible. Sin embargo, este año la suma de quilómetros y los precios fijados por la Kan (la televisión pública israelí), que responden al hecho de que el Gobierno no financie el evento, han disparado el precio de asistir al festival.
Los tiques para acudir a la gran final han llegado hasta los 423 euros, mientras que las entradas al último ensayo, que se celebra en Tel Aviv el mismo sábado 18 a las dos y media del mediodía, han subido hasta los 248 euros. El precio de las semifinales ha sido algo menor que el de la gran cita de este sábado, aunque ha superado la barrera de los 300 euros para las mejores entradas. Por su parte, los que acudan a la final para verla, no en vivo y en directo, sino a través de una pantalla desde la Green Room (la sala en la que estarán las delegaciones de todos los países participantes) habrán pagado 498 euros.
Y a la entrada se debe sumar el coste del vuelo, el alojamiento, el transporte hasta el aeropuerto y un seguro de viaje (el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda viajar a Israel con uno).
*Fuentes: Skyscanner, Booking, Leaan, Numbeo e Israel Railways (consulta: 14 de mayo de 2019).
Pero también habrá que desayunar. Y seguro que después del festival cae alguna cerveza. Así que aún hay que sumar más gastos. Según la web Numbeo, el coste de vida en Tel Aviv es un 26,6% más elevado que el de Barcelona y un 40,52% superior al de Madrid.
Cuidado con los gastos de la tarjeta
Pero viajar acarrea más costes, seguramente inesperados para muchos eurofans. La moneda nacional de Israel es el séquel, por lo que cada vez que un español saque dinero de un cajero o pague una compra con tarjeta en el país que acoge el festival, sus euros se transformarán en la divisa nacional. En la mayoría de los casos, sobre el cambio de Visa o Mastercard se aplicará un sobrecoste del 3% más o menos (comisión por cambio de divisa). Y si se saca dinero de un cajero, habrá que sumar otra comisión extra a la del cambio de divisa: un 3 o 4% sobre el importe retirado por sacar dinero de un cajero internacional.
Pero no todos los bancos aplican las dos comisiones, de ahí que antes de viajar a cualquier país sea importante valorar qué tarjeta se va a usar fuera de España. En este aspecto, la banca fintech ha supuesto un antes y un después. N26, el challenger bank alemán que ya cuenta con la confianza de más de 200.000 españoles, permite pagar en otra moneda sin aplicar ninguna comisión (se aplica la tasa de Mastercard). Además, los titulares de la tarjeta de débito de N26 pueden sacar dinero gratis hasta cinco veces al mes en cualquier cajero de la eurozona y si usan un cajero en otra moneda, la comisión es del 1,7%, muy inferior a la que cobra la banca tradicional.
N26 no es el único ejemplo. La tarjeta NX de Abanca no cobra comisión por cambio de divisa y permite sacar cinco veces al mes en cualquier cajero del mundo gratis; eso sí, solo la pueden contratar los menores de 34 años. Tampoco Revolut cobra por el cambio de moneda (aplica el cambio interbancario) ni por sacar dinero en cajeros extranjeros, siempre y cuando se saque hasta un máximo de 200 euros al mes.
Comentarios