Con una inflación al alza, que ya ha alcanzado el 4,1% en la zona euro (datos de octubre), muchos temen que el euríbor deje de cotizar en mínimos históricos y suba. Ante esa posibilidad, cambiar una hipoteca variable a fija puede ser una buena opción, pues nos permitirá pagar una cuota estable y ganar seguridad. Pero ¿con qué operaciones se puede formalizar esa modificación? ¿Y con cuál de ellas pagaríamos menos gastos? Lo explicamos en este artículo.
¿Cuánto cuesta pasar de un tipo variable a uno fijo?
Existen tres maneras de cambiar el interés variable de una hipoteca por un tipo fijo: con un pacto con nuestro banco (novación), llevando el préstamo a otra entidad (subrogación) o mediante la contratación de un nuevo crédito con un interés fijo. Veamos cuáles son los costes asociados a cada operación.
Con una novación
Si nos decantamos por la novación de hipoteca, deberemos pagar los gastos de notaría y registro asociados a la operación (cerca de un 0,5% sobre el importe pendiente), así como los de gestoría (unos 400 euros) y la posible tasación (unos 300 euros) si el banco nos la pide. Y si la escritura de nuestro crédito incluye una comisión por novación, esta no podrá superar, por ley, el 0,15% sobre el capital pendiente (0% si ya estamos en el cuarto año del plazo o más).
Con una subrogación
En cambio, los gastos asociados a una subrogación para pasarse del tipo variable al fijo son menores, pues el banco tiene que asumir la mayoría: la notaría, el registro y la gestoría. Como clientes, solo tendríamos que pagar la tasación (unos 300 euros), que es obligatoria, y la comisión por subrogación si se incluye en la escritura, que como en el caso anterior, no puede superar el límite del 0,15% sobre el importe pendiente (0% si han pasado más de tres años desde que firmamos la hipoteca original).
Con una nueva hipoteca
Finalmente, si decidimos cancelar nuestra actual hipoteca variable con una nueva a tipo fijo, deberemos abonar los gastos siguientes:
- Por la constitución del nuevo crédito nos tocará pagar una tasación (300 euros de media) y una posible comisión de apertura, aunque la mayoría de las entidades no nos la cobrarán.
- Por la cancelación registral de la actual hipoteca deberemos abonar unos 1.000 de media para pagar los gastos asociados a la liquidación: notaría, registro y gestoría. También, si esta la incluye, una comisión por amortización anticipada, cuyo coste puede ser de entre el 0% y el 2% sobre el capital pendiente.
Entonces, ¿de qué manera es mejor cambiar una hipoteca variable a fija?
Sobre el papel, como hemos visto, la subrogación sería la operación más adecuada si queremos cambiar un interés variable por uno fijo, pues tiene menos gastos asociados. Ahora bien, las otras dos operaciones pueden salir más a cuenta si nos permiten obtener un interés más bajo, pues lo que paguemos de más en gastos lo podemos recuperar ahorrando en intereses.
Hay bancos, además, que pueden pagarnos varios de los gastos mencionados, algo que también debemos tener en cuenta. Con el servicio Trae tu Hipoteca Fija a Openbank, por ejemplo, esta entidad asumirá la tasación y nos pagará los gastos de cancelación registral (no la comisión por amortización). Además, nos permitirá obtener un interés fijo muy bajo: desde el 1,15% por domiciliar la nómina y contratar su seguro de hogar.
Por todo ello, lo más aconsejable es pedir presupuesto para las tres opciones: preguntar a nuestro banco cuánto nos cobraría por una novación y acudir a otras entidades para saber cuánto nos costaría una subrogación o una nueva hipoteca. De esta manera, podremos ver qué operación nos saldría más barata y con cuál obtendríamos un mejor interés fijo.
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