A la hora de solicitar financiación, los requisitos y el proceso de aprobación del crédito va a variar bastante en función del tipo de préstamo que pidamos y de la financiera. Por lo general los prestamistas privados son más flexibles a la hora de conceder financiación, exigirán menos requisitos y menor papeleo, ya que están dispuestos a asumir más riesgo, a parte de que los importes prestados son inferiores. Sin embargo, las entidades bancarias son más exigentes y llevan a cabo un análisis de riesgo previo supeditado a la aprobación o denegación del préstamo personal. En este artículo analizamos en qué consiste este análisis y qué factores tiene en cuenta.

Estudio minucioso del historial crediticio y de impagos del cliente

Las entidades comprueban si hemos solicitado otro crédito en algún momento de nuestra vida, para comprobar si hemos podido amortizar el préstamo sin problemas. Los bancos acceden a esta información a través de la base de datos de la Central de Información de Riesgos del banco de España, más conocida como CIRBE. En esta base de datos permanecen registrados nuestros créditos pasados y presentes, en el caso de gozar con alguno en la actualidad.

Esta información está directamente ligada con el historial de pagos, puesto que la entidad comprobará si tenemos deudas pendientes de algún crédito anterior, o incluso de otros servicios, como pueden ser pagos de suministros eléctricos, telefónicos, etc. Para identificar estos impagos, la entidad accede a los diversos ficheros de morosos existentes, como ASNEF o RAI. Si disponemos de deudas pendientes y estamos registrados en algún fichero de impagos ningún banco tradicional nos concederá un préstamo personal.

¿Disponemos de una capacidad de pago suficiente?

En relación directa con nuestro historial crediticio, las entidades tomarán nota de nuestra capacidad de pago para aprobar o desestimar la concesión de la financiación. Para comprobar si tendremos problemas o no para amortizar la deuda los bancos fijan una serie de requisitos, que de cumplirlos significaría que somos lo suficiente solventes como para que la entidad nos preste dinero sin asumir demasiado riesgo.

Para ello, cualquier entidad a la que solicitemos un crédito personal nos va a pedir que le entreguemos un justificante de ingresos, una nómina por ejemplo, y un extracto de la cuenta bancaria para comprobar las entradas y salidas de dinero durante los últimos meses. Con la nómina, pensión o justificante de ingresos, el banco se asegura de que percibimos una retribución lo suficientemente elevada como para devolver la deuda, que la recibimos de forma periódica, constante y duradera en el tiempo.

A parte de los requisitos económicos, la banca también exige, a la hora de conceder un préstamo personal, que el cliente sea mayor de edad, residente en España y en algunas ocasiones ser cliente del banco o aumentar el grado de vinculación con la entidad, a través de seguros, que a su vez bonificarán el interés de la financiación.

Si no cumplimos algunas de estas características el banco no nos ofrecerá el préstamo, por lo que tendríamos que acudir a las empresas de capital privado.