Comprar una vivienda es una gran inversión, y antes de firmar cualquier contrato es fundamental conocer las cargas que pueden afectar la propiedad.
¿Qué entendemos por estas cargas? No es únicamente el préstamo hipotecario, pueden ser deudas del vendedor, obligaciones o limitaciones que podrían trasladarse al nuevo propietario si no se gestionan adecuadamente.
A continuación, te explicamos cuáles son las principales cargas que puedes encontrar y con ejemplos para que las puedas entender.
Hipotecas
Si la propiedad cuenta con una hipoteca existente, este préstamo debe ser saldado antes de que la vivienda se transfiera al nuevo propietario. Puedes encontrar esta carga pidiendo una nota simple del Registro de la Propiedad. Si la hipoteca está cancelada, el banco del vendedor puede facilitar una nota simple.
Por ejemplo, si compras una casa que aún tiene pendiente una hipoteca de 100.000 euros, el banco del vendedor realizará el pago a través de un proceso de cancelación durante la operación de compraventa, asegurándote de que la carga se elimine y la propiedad quede libre de deudas.
Embargos
Los embargos pueden ser de naturaleza judicial o administrativa y limitan la capacidad del propietario para disponer de la vivienda. En la nota simple del Registro de la Propiedad aparece este tipo de cargas si las hubiera.
Imagina que una vivienda tiene un embargo judicial derivado de una deuda impagada. En este caso, el embargo debe resolverse antes de proceder a la compraventa, o tú como nuevo propietario podrías verte obligado a asumir ese problema legal.
Cargas Fiscales
Las cargas fiscales incluyen impuestos no pagados, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o impuestos municipales, que pueden convertirse en deudas que el nuevo propietario debe asumir. Puedes solicitar al propietario que te facilite una copia del último recibo pagado o un certificado, que está en el Ayuntamiento donde esté la vivienda.
Servidumbres
Las servidumbres otorgan derechos a terceros sobre la propiedad, por ejemplo, para el acceso o el paso. Una casa puede tener una servidumbre de paso a favor del vecino, lo que implica que, aunque seas el propietario, debes permitir que el vecino cruce por un camino establecido para llegar a su terreno. Si las hubiera aparecerían en la nota simple o escritura pública de la propiedad que puedes pedir en el Registro de la Propiedad.
Alquileres
Si la vivienda se encuentra alquilada, es esencial tener en cuenta los derechos del inquilino y los términos del contrato de arrendamiento, ya que como comprador heredarás el alquiler existente. El vendedor de la vivienda debería facilitarte el contrato.
Cargas administrativas
Pueden existir restricciones o requisitos impuestos por el ayuntamiento o entidades reguladoras sobre el uso de la propiedad. Puedes solicitar al Ayuntamiento un certificado de cumplimiento urbanístico o de uso del suelo.
Deudas asociadas
Incluyen cuotas de comunidades de propietarios o deudas con proveedores de servicios que se han generado con anterioridad (gas o agua por ejemplo). En ese sentido, la comunidad de propietarios puede facilitar un certificado o acta donde se reflejen las deudas pendientes en concepto de cuotas o gastos comunes. También puedes pedir al vendedor que te facilite el documento.
Problemas legales
Litigios o problemas legales en curso pueden afectar la propiedad o su titularidad, generando incertidumbre para el comprador. Si existen litigios o problemas legales que afecten la propiedad, se pueden obtener certificados o informes en el juzgado o mediante consulta con un abogado especializado en derecho inmobiliario.
En otras palabras, antes de comprar una vivienda, es fundamental realizar una investigación exhaustiva y obtener un informe de cargas de la propiedad tanto al propietario como al administrador de la comunidad de propietarios y a los servicios encargados de suministros. De esta manera, evitarás sorpresas desagradables cuando compres la vivienda.
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