Para que una solicitud de financiación sea satisfactoria, requiere cierto conocimiento. No basta con entrar en Internet o acudir a una oficina bancaria, solicitarla y esperar que todo funcione correctamente. No se trata de estudiar un máster para realizar este tipo de operaciones, pero sí que debemos ser responsables y entender qué producto estamos contratando, sobre todo si se trata de préstamos rápidos, cuya velocidad y facilidad de tramitación pueden hacernos perder la perspectiva y olvidar cuándo, para qué y a quién debemos solicitarlo.
¿Dudas si recurrir a los préstamos rápidos? Estas 3 claves te ayudarán
Para que eso no pase, para que la inmediatez de este tipo de financiación no se convierta en un problema, sino que sea una ventaja de la que aprovecharnos, repasamos 3 claves que nos servirán para tomar una decisión acertada respecto a los préstamos rápidos que podamos contratar:
- ¿Cuándo debo pedirlos?
Ante de solicitar un crédito rápido debemos ser conscientes de cuál es nuestra situación financiera. Cuánto ingreso, cuánto debo, qué gastos tengo. Repasar esas cifras y ponerlas en contexto nos servirá para saber si estamos en una situación de seguir endeudándonos. Si las obligaciones de pago ya han superado o están cerca de alcanzar el 30% de nuestros ingresos, quizá no es buen momento para seguir incrementando el dinero a devolver cada mes.
- ¿Para qué debo pedirlos?
Este segundo punto está directamente relacionado con el primero. Aunque podamos permitirnos solicitar el préstamo rápido, debemos ser conscientes de a qué lo vamos a dedicar. Este tipo de financiación debe servir como una solución ante gastos urgentes e inesperados y jamás debe convertirse en una opción habitual, ya que sus intereses son muy elevados en la mayoría de casos.
- ¿A quién los pido?
Siguiendo con el asunto de sus costes, las diferencias entre distintos préstamos rápidos pueden ser enormes. Por eso vale la pena repasar el mercado antes de decidirnos por uno, ya que comparar entre distintas alternativas puede suponer un ahorro importante de dinero. Por ejemplo, el Crédito rápido Monedo Now parte de un interés TIN del 26,40% (29% TAE). Este coste está muy por debajo de préstamos rápidos de similares características que podemos encontrar en el sector. Muchos de estos superan el 50% TAE.
El lado bueno de los créditos rápidos
Una vez superadas la fase en la que tenemos claro que podemos solicitar financiación porque nuestra economía nos lo permite, que su uso está justificado y que encontramos una oferta con condiciones interesantes, es momento de disfrutar de sus ventajas. Las dos principales son la sencillez y la velocidad. En apenas unos minutos podemos disponer del dinero que necesitemos sin engorrosos trámites burocráticos.
Además, su devolución da un margen de maniobra interesante. Al contrario que ocurre con los minicréditos, los créditos inmediatos se pueden devolver en un poco más de tiempo, incluso en un período de más de un año. Eso sí, de cara a que se generen los menos intereses posibles, conviene devolver la deuda contraída cuanto antes, ya sea acortando el plazo de devolución o amortizando anticipadamente todo el capital pendiente.
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