Una tarjeta dura cuatro o cinco años, pero puede tardar varios siglos en desaparecer. El dato es todavía más chocante si tenemos en cuenta que ahora mismo hay unos 91 millones de tarjetas en circulación en nuestro país, según el Banco de España. Si tenemos en cuenta que una tarjeta de crédito pesa uno cinco gramos, estamos hablando de 455 toneladas de plástico que pueden tardar siglos en deteriorarse.

Para reducir la huella de las tarjetas de crédito, una solución es sutituirlas por una versión digital, que puedas llevar en tu smartphone o tu smartwatch. Otra opción es reciclarlas y darles una nueva vida. Si el plástico no va a desaparecer de nuestro entorno, al menos, démosle un nuevo uso.

¿Cómo reciclar una tarjeta de crédito?

Si quieres reciclar tus tarjetas, puedes llevarlas a los puntos de reciclaje municipales que recogen residuos electrónicos. En Barcelona, por ejemplo, hay más de 130 puntos de recogida de residuos en los que, además de llevar tarjetas estropeadas o caducadas, puedes entregar ropa, aceite usado, pilas… Asegúrate, eso sí, de que la tarjeta está bloqueada antes de deshacerte de ella y, por si acaso, rómpela con unas tijeras.

Otra opción es que entregues tu tarjeta en una sucursal bancaria. El Santander, por ejemplo, te permite introducir una tarjeta caducada o maltrecha en uno de sus cajeros para reciclarla. En CaixaBank puedes entregar tus tarjetas obsoletas en su red de oficinas para su reciclaje posterior. Si eres cliente de Triodos Bank, puedes enviarle tu tarjeta por correo postal sin coste para que se la entregue a un especialista en este tipo de residuos.

Lo que no debes hacer es tirar tu tarjeta al contenedor amarillo. Pero… ¿no son de plástico? Sí, pero tienen un chip, lo que las convierte en residuos electrónicos que deben ser tratados por separado.

Una tarjeta tiene cinco capas de plástico: las más superficiales tienen el diseño de la tarjeta y la capa del centro, la antena, que es metálica. Un sandwich de plásticos que tarda muchísimo en desaparecer de nuestro entorno y que, además, puede llevar cloro (el PVC con el que están fabricadas muchas tarjetas contiene este químico en su composición), cadmio, tintas nocivas para el medioambiente…

Tarjetas con plástico reciclado

Es probable que alguna de tus tarjetas esté hecha con material reciclado.

Las tarjetas Aqua de BBVA están hechas con un 100% de plástico reciclado. El Santander también fabrica sus tarjetas con materiales reciclados. CaixaBank usa PVC reciclado y material biodegradable. Las nuevas tarjetas Mastercard de Unicaja están producidas con plástico totalmente reciclado.

Banco Mediolanum y Triodos Bank fabrican sus tarjetas con PLA (ácido polilático) que, bajo ciertas condiciones, puede ser biodegradable. Banco Mediolanum afirma que su tarjeta de crédito «está compuesta por un 82% de material biodegradable PLA a partir de recursos renovables».

El banco que hace bancos reciclados

Banco Santander ha reciclado 900.000 tarjetas, equivalentes a 4,5 toneladas de plástico. Además, ahora, el banco está convirtiendo las tarjetas en mobiliario urbano. Concretamente, en bancos. Para fabricarlos, usa el plástico de las tarjetas recicladas y redes marinas recuperadas del mar. Recientemente, el Santander ha donado 33 bancos sostenibles a la ciudad de Málaga, que se suman a los que ya había entregado a otras localidades.

Banco fabricado con tarjetas recicladas por Banco Santander

Manuel de la Cruz, director territorial de Banco Santander en Andalucía,  junto a Francisco de la Torre, alcalde de Málaga. Fuente de la imagen: Banco Santander.