Pedir y firmar una hipoteca en nuestro país se puede convertir en un proceso largo y angustioso, pero siguiendo algunos consejos podemos planificar nuestro calendario y evitar atrasos. Es importante saber que un trabajo estable, unos ingresos recurrentes y unas mensualidades de nuestras deudas que no superen el 30% de nuestra renta neta, incluyendo la de nuestra futura hipoteca, son factores que nos allanarán mucho el camino. Si nuestro perfil es un poco más delicado, el proceso se podría alargar unas semanas más, pero nada es imposible. En cualquier caso, ser previsores y realistas nos ayudará mucho.
Semana 1. Papeles y más papeles
Lo recomendable es empezar por lo más engorroso: reunir y escanear toda la documentación. Todo lo que sea facilitarle las cosas al banco nos vendrá bien para hacernos con nuestro préstamo hipotecario. Una muy buena forma de conseguir que la entidad apruebe nuestro perfil financiero lo antes posible es entregarle junta y ordenada toda la información que necesita para conocernos mejor como titulares:
• DNI
• Nóminas de los últimos tres meses
• Vida laboral
• Declaración de la renta
• Copia del extracto bancario de los últimos 3 meses
En el caso de ser autónomos, necesitaríamos adjuntar los modelos 303 de autoliquidación del IVA de los últimos cuatro meses, en vez de las nóminas. Lo más fácil será escanearlos y archivarlos en el escritorio de nuestro ordenador. Ser previsores y organizados apresurará el proceso.
Semana 2. Tres ofertas de préstamo hipotecario, como mínimo
No dejes que las prisas te jueguen una mala pasada. Elegir la hipoteca que nos ofrece nuestra entidad no suele ser la opción más competitiva del mercado. Lo recomendable es solicitar información en, al menos, tres diferentes. Si hemos sido organizados la primera semana, solo tendremos que enviar la misma documentación varias veces.
Estudiar las ofertas nos puede llevar unos días, pero hacer preguntas a la persona que nos atienda en la oficina, leer detenidamente las propuestas en la web o resolver nuestras dudas en foros, como el de HelpMyCash.com, son opciones que nos ayudarán.
Con un empleo estable, unos ingresos recurrentes y unos ahorros mínimos de un 20% del precio de la vivienda, algún banco podría aprobar nuestra propuesta en una semana. Aun así, contar con unos ahorros del 30% del precio del inmueble (desembolso inicial del 20% más los gastos de compra-venta del 10%, aproximadamente) incrementará las posibilidades de conseguir el sí en más entidades.
Semana 3. La tasación para conseguir nuestra hipoteca
Ahora falta tasar el inmueble, un gasto que ronda entre los 200 y 500 euros, que pagaremos nosotros. Esto le servirá al banco para averiguar cuánto vale el piso apoyándose en la estimación de un profesional del sector y asegurándose de que podría venderlo en el caso de que no pudiéramos devolverle el dinero. ¿Tendremos que abonar el importe en los tres bancos? La respuesta es no. Llegados a este punto, cada entidad contactada tiene ya mucha información nuestra y con ella podrá ajustar la oferta general a nuestro perfil específico.
Con todas las propuestas personalizadas sobre la mesa, ahora sí, decidiremos con qué entidad nos quedamos y pagaremos la tasación correspondiente. Siendo insistentes, podríamos tener listo el informe de tasación en menos de una semana.
Semana 4. Examen: cuánto sabemos de nuestra hipoteca
El paso siguiente a la aprobación crediticia es la entrega de documentos por parte del banco. Con la nueva ley hipotecaria, está obligado a entregarnos, entre otros, la Ficha Europea de Información Normalizada (FEIN) y la Ficha de Advertencias Estandarizadas (FiAE), dos documentos en los que podremos consultar todas las condiciones de nuestra hipoteca.
Al menos un día antes de la firma, tendremos que pasar un examen minucioso ante notario sobre el contenido del contrato. Cuál es el tipo de interés, cuántos titulares somos, si tenemos una hipoteca fija o variable, cuántos años dura o cuál es el importe total que pagaremos son algunas de las preguntas más frecuentes.
Semana 5. El gran día
Por fin llegaremos al final del camino, pero que la emoción no nos haga olvidarnos de un detalle imprescindible: ¡El ingreso en cuenta! No podremos firmar el contrato si no hemos hecho previamente la transferencia del porcentaje del precio de la vivienda que aportamos nosotros más la provisión de los gastos de compra-venta.
Una vez esté todo listo, el notario leerá en voz alta las partes más importantes de nuestro contrato. Antes de aceptar, tendremos que confirmar que conocemos todas las condiciones y asegurar que estamos dispuestos a firmar. La tinta del bolígrafo hará el resto.
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