Cuando se piensa en comprar un coche, ¿quién no se ha visto conduciendo uno totalmente nuevo? Los vehículos recién salidos de fábrica tienen un diseño más atractivo, un equipamiento más tecnológico y moderno, son menos contaminantes y, no nos vamos a mentir, dan sensación de autorrealización: objetivo conseguido. El principal inconveniente es que son más caros. Y, como “la pela es la pela”, muchos compradores prefieren ir a por un vehículo de segunda mano para ahorrar algo de dinero.
Ahora bien, aunque los vehículos usados son más baratos, normalmente también es necesario financiarlos porque cuestan varios miles de euros. Las condiciones que se ofrecen para financiar un coche de segunda mano suelen ser peores que las que obtendrás si compras uno nuevo: un interés más alto, más comisiones… Si no quieres pagar de más por estos conceptos, a continuación te damos varios trucos que te ayudarán a ahorrarte un buen pico.
1. Busca vehículos con poca antigüedad
Existe un motivo que explica por qué los préstamos para vehículos usados son más caros: el coche se devalúa más rápidamente. Si no puedes pagar el crédito y la financiera te embarga el automóvil, hay más riesgo de que lo venda por un importe inferior a la deuda que tienes pendiente. Para cubrir ese riesgo, las financieras aplican un interés mayor sobre estos préstamos.
Por lo tanto, una manera de conseguir un préstamo más barato es comprar un coche usado que tenga poca antigüedad. De este modo, tardará más en devaluarse y la financiera podrá ofrecerte unas condiciones mejores. En general, te concederán un crédito más atractivo si adquieres un vehículo de ocasión, es decir, con un kilometraje de menos de 15.000 euros.
¡Atención! Cuantos menos años tenga el coche, más caro será. Para pagar lo mínimo posible, busca un equilibrio entre el precio del vehículo y el del préstamo.
2. Negocia el precio con el vendedor
Otra cosa que puedes hacer es negociar un descuento con el vendedor, tanto si es un particular como si es un concesionario. De este modo, como tendrás que pedir menos dinero prestado para comprar el coche, se generarán intereses sobre una cantidad más baja y pagarás menos en intereses.
El vendedor, como es lógico, no aceptará rebajarte el precio de buenas a primeras. Para convencerle, te recomendamos conseguir ofertas de otros vendedores de coches de segunda mano. Así, si quiere asegurar la venta, es posible que acepte aplicarte algún descuento. Si el vendedor es un concesionario, también es posible que te rebaje el precio si aceptas sus condiciones de financiación. En ese caso, es aconsejable que hagas números para calcular si te saldría a cuenta.
3. Compara créditos de varias financieras y negocia rebajas
Esa estrategia también la puedes aplicar con las financieras. Para conseguir el mejor préstamo coche posible, te aconsejamos pedírselo a varias entidades, comparar sus condiciones y negociar para que te las mejoren. Si eres solvente (tienes un buen trabajo y un buen salario), tendrás muchas más probabilidades de que te rebajen el interés o te eliminen comisiones.
Al buscar financieras, es recomendable que no te quedes solo con la financiera del concesionario y con los bancos de toda la vida. Hay entidades alternativas que también pueden financiarte un coche de segunda mano con unas muy buenas condiciones. Ahí van dos ejemplos:
- La plataforma de financiación alternativa Younited Credit ofrece un préstamo con un interés desde el 1,83% TIN (2,99% TAE).
- La entidad financiera Cofidis ofrece un crédito con un tipo de interés desde el 4,95% TIN (5,06% TAE).
4. Vigila con los “extras” asociados a financiar un coche
Cuando compares ofertas de financiación, es importante que no te fijes solo en el tipo de interés nominal o TIN. Un préstamo puede incluir otros costes adicionales: comisiones de apertura o de estudio, seguros asociados, comisiones de la cuenta que uses para pagar las cuotas… Un crédito con un interés bajo y muchos de estos gastos puede ser más caro que uno sin estas costas y un interés más alto.
Nuestro consejo es que te fijes en la tasa anual equivalente o TAE de los préstamos que te ofrezcan, que es una tasa que tiene en cuenta el interés y todos los otros gastos mencionados. El crédito más barato será el que tenga una TAE más baja.
5. No te dejes seducir por una cuota innecesariamente baja
Tampoco te aconsejamos elegir el préstamo que te salga más barato cada mes. Pagar una cuota baja no te asegura pagar menos a la larga, sobre todo si el plazo de devolución es de muchos años.
Te lo vamos a poner en números para que lo veas más claro:
Préstamo A | Préstamo B | |
Importe | 10.000€ | 10.000€ |
Plazo | 5 años | 7 años |
TIN | 5% | 6% |
Cuota mensual | 188,71€/mes | 146,09€/mes |
Total a devolver | 11.322,74€ | 12.271,19€ |
Como puedes comprobar, aunque el Préstamo B tiene unas cuotas más baratas, cuesta más a la larga por tener un interés más alto y un plazo más largo. Nuestra recomendación es que contrates un crédito con un interés bajo y un plazo lo más corto posible, pues así se generarán intereses durante menos tiempo y pagarás menos a la larga.
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