Bajar la cuota de la hipoteca es una petición, lamentablemente, cada vez más común. El paro galopante, la quiebra de empresas y los recortes están llevando a cientos de miles de personas al borde del impago en sus hipotecas, con las terribles consecuencias que eso conlleva. Por eso es mejor actuar antes de que la cosa vaya a mayores y renegociar la hipoteca para reducir la cuota.
Claro, que eso es muy fácil de decir y no tanto de conseguir. El banco barre para casa, y si muchas veces puede parecer que está cediendo en reducirte la cuota cuando, lo que en realidad está sucediendo, es que te está aumentando los intereses a largo plazo.
Estas son las principales maneras de abaratar la cuota de la hipoteca en una renegociación y las cuestiones que hay que tener en cuenta respecto a cada una de ellas:
- Ampliación de plazo. Es lo mejor que te puede pasar. Sí, acabarás pagando más intereses a largo plazo, pero al menos es una reestructuración sencilla que no debería darte más problemas. Eso sí, el banco tratará de subirte el diferencial al hacer el cambio: haz cuentas y decide si te merece la pena o no
- Solicitar un periodo de carencia. Es otra de las soluciones más comunes. Se trata de establecer un tiempo durante el cual sólo pagarás intereses, por lo que la cuota debería bajar considerablemente. El problema es que (1) no amortizarás durante ese tiempo, por lo que cuando acabe el periodo de carencia tu cuota será aún mayor de lo que era antes, y (2) suele ir acompañado de un incremento del diferencial, con lo que otra vez tocará hacer números para saber si vale la pena (¿Podrás pagar ahora?¿Y luego?)
- Capital diferido o balloon. Se trata de aplazar un porcentaje de la deuda hasta la última cuota, normalmente el 30%. Esto reduce fulminantemente la cuota a pagar… pero puede haber problemas en el último pago. Se supone que la entidad reestructura el pago en esa última cuota, pero, vista la actitud “poco conciliadora” de los bancos en según qué contextos, esto puede ser peligroso
- Aplazar cuotas. Es poco común, pero algunas entidades permiten aplazar algunas cuotas por motivos muy puntuales. Es una solución bastante limpia y que no requiere hacer novación, por lo que no hay riesgo de subida de interés. El problema es que las personas con problemas para pagar la hipoteca suelen requerir más tiempo del que permite esta operación
Es difícil negociar las mejores condiciones cuando se está al borde del impago, pero lo que hay que tener siempre en cuenta es:
- Revisa si cumples los requisitos del código de buenas prácticas (ver en ficha sobre dación en pago)
- Al negociar, hay que demostrar que se quiere pagar, que se tiene voluntad
- Hay que hacer ver al banco que a él tampoco le interesan los impagos
- Si el banco no te hace caso, escribe una carta certificada al director y al Servicio de Atención al Cliente (SAC) explicando en detalle que tienes intención de pagar pero que hacen oídos sordos a cualquier propuesta
- Si ninguna de estas reestructuraciones bastase para solucionar el problema, intenta que te concedan la dación en pago
Nunca es fácil renegociar la hipoteca, pero con estos conocimientos puede ser un poco menos traumático y se pueden lograr condiciones más favorables.
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