Imaginemos que tenemos un negocio y que, por culpa de la pandemia, nuestros clientes no nos han pagado y no hemos podido abonar los impuestos durante un tiempo. Si la demora persiste, Hacienda podría acabar iniciando un proceso para embargar nuestros bienes: las cuentas, el coche o hasta la vivienda. Afortunadamente, si somos propietarios de un inmueble libre de cargas, existe una manera de evitar ese embargo aunque pasemos por un momento económico complicado: hipotecar la casa u otro inmueble para conseguir un dinero extra para saldar la deuda con la administración.
Proceso para pedir un crédito sobre tu vivienda libre de cargas
En primer lugar, para conseguir el dinero tendremos que acudir a una entidad dispuesta a concedernos un préstamo con garantía hipotecaria, es decir, un crédito sobre nuestra vivienda libre de cargas. Al tener deudas pendientes, prácticamente ningún banco aprobará nuestra solicitud, pero sí podría hacerlo un prestamista privado o un intermediario financiero.
Cuando contactemos con una de estas compañías, tendremos que exponer nuestra situación y entregar toda la documentación que nos pidan: copia del DNI, la nota simple del inmueble, una tasación actualizada (con menos de seis meses de antigüedad), etc. Estas empresas son mucho más flexibles que los bancos, así que aprobarán nuestra petición aunque tengamos unos ingresos inestables o deudas pendientes o impagadas.
Una vez aprobada la solicitud, recibiremos una oferta personalizada. Si nos interesan las condiciones propuestas, lo último que deberemos hacer será firmar la escritura del crédito ante notario para conseguir el dinero para pagar a Hacienda.
¿Cuánto dinero me darán por hipotecar una casa o piso?
Ahora bien, de poco nos servirá hipotecar un inmueble si no conseguimos el dinero suficiente para saldar la deuda con Hacienda. En estos casos, debemos saber que nos prestarán hasta el 35% o el 40% del valor de la vivienda, local u otra clase de inmueble que pongamos como garantía del crédito; a devolver en un máximo de unos 20 años.
Asimismo, es importante conocer de antemano cuánto nos puede costar ese préstamo. Los intermediarios o prestamistas privados aplican unos intereses más altos, ya que se arriesgan más al darnos el crédito. Aunque el tipo aplicado puede variar según la política de cada compañía, suele ser de alrededor del 10% o superior.
Veamos un caso real. El intermediario Supre Grupo nos puede dar hasta el 40% del valor del inmueble, con un mínimo de 10.000 euros y un máximo de 300.000 euros. Aplica un interés de entre el 2% y el 14% (3,9% – 19,9% TAE), dependiendo del tipo de operación, y ofrece un plazo de hasta 20 años para devolver el dinero, con la posibilidad de disfrutar de una carencia de capital durante los primeros cinco años (pagar solo intereses).
Asegúrate de poder pagar las cuotas del préstamo
Un préstamo con garantía hipotecaria nos permitirá saldar cuentas con la administración, pero también es una deuda. En consecuencia, debemos asegurarnos de poder hacer frente a sus mensualidades, pues en caso contrario, podríamos acabar perdiendo el inmueble hipotecado.
Lo ideal, en estos casos, es usar un máximo del 35% o del 40% de nuestros ingresos para pagar las cuotas, que es el porcentaje recomendado por la mayoría de los expertos en finanzas personales. Podemos ajustar el plazo del préstamo para que las mensualidades no superen ese límite (aunque sin pasarse, pues cuanto más largo sea el plazo, más pagaremos en intereses).
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