España ha declarado la guerra a la contaminación. Desde el 1 de enero de 2023, las ciudades de más de 50.000 habitantes están obligadas a contar con zonas de bajas emisiones. Si vives en Barcelona o Madrid, ya sabes de qué va esta medida: habrá áreas en las que no podrás circular si tu coche es contaminante.
¿Y qué es un vehículo contaminante? En general, cualquier coche sin las etiquetas 0, ECO, B o C de la Dirección General de Tráfico. Si tu coche no cuenta con ninguno de estos distintivos, lo que es muy probable si se matriculó antes de 2001, no podrás circular por las grandes ciudades de nuestro país.
Por ello, este puede ser un buen momento para contribuir al medio ambiente y comprar un vehículo ecológico, ya sea eléctrico, de gas o híbrido. Ahora bien, como estos automóviles suelen ser más caros que los convencionales, seguramente te tocará pedir un préstamo. En este artículo te explicamos cómo puedes financiar un coche de bajas emisiones y qué debes hacer para no pagar más de la cuenta por tu futuro crédito.
Financiar el coche con el propio concesionario
La primera opción es la más cómoda: pedir financiación al concesionario en el que compras el coche. Ahí mismo te explicarán las fórmulas que tienes para pagar el vehículo a plazos y cuánto te tocará pagar en intereses y comisiones.
La principal ventaja de financiar el coche en el concesionario es que podrás conseguir buenos descuentos sobre el precio del vehículo, aunque a cambio de no cancelar anticipadamente el crédito durante varios años. En cuanto a los inconvenientes, seguramente pagarás un interés más alto (más del 8% TAE) y unas comisiones de formalización más caras (en torno al 3%) que si pides un préstamo a una entidad financiera.
Contratar un préstamo verde
La segunda opción es solicitar un préstamo verde a una entidad financiera. Estos productos son específicos para financiar proyectos ecológicos, como comprar un vehículo de bajas emisiones o mejorar la eficiencia energética de una casa. Y para premiar a los clientes responsables con el medio ambiente, sus condiciones suelen ser mejores que las de los créditos convencionales.
¿Qué significa eso? Que la entidad te ofrecerá un interés más bajo que si usaras el dinero para comprar un vehículo convencional. Un buen ejemplo es el de Banco Santander: su Préstamo Coche tiene un interés desde el 6,25% TIN (6,92% TAE) y su Préstamo Coche Ecológico tiene un tipo desde el 5,75% TIN (6,38% TAE).
Sin embargo, hay pocas entidades que concedan préstamos verdes, así que la oferta es limitada. Además, como verás a continuación, existen créditos coche convencionales de otras financieras que pueden ser más baratos.
Contratar un crédito coche convencional
La última opción para financiar un coche de bajas emisiones es pedir un préstamo convencional para vehículos a un banco o a un establecimiento financiero de crédito. De esta manera, conseguirás el dinero que te haga falta para cubrir todo o una parte del precio del automóvil.
La oferta de estos productos es más extensa, lo que te permitirá comparar varias opciones. Además, si buscas bien, puedes encontrar auténticas gangas como el Préstamo Personal Automóvil Nuevo de Cofidis, cuyo interés es solo desde el 5,25% TIN (5,38% TAE) y que puedes contratar si has abierto un crédito con esta entidad.
Eso sí, no todas las entidades tienen préstamos tan atractivos como este: algunas pueden aplicarte un interés más alto o cobrarte comisiones de formalización de en torno al 2%. Además, pueden exigirte que contrates otros productos, principalmente seguros, para acceder a la financiación.
Compara opciones y elige la mejor
Como has podido comprobar, cada una de estas opciones tiene sus pros y sus contras y cada concesionario o entidad puede ofrecerte unas condiciones distintas. Por este motivo, nuestro consejo es que explores todas las vías: pide financiación al concesionario y solicita un préstamo verde o uno convencional para vehículos a tantas entidades como puedas.
Cuando tengas todas las ofertas sobre la mesa, podrás comparar sus condiciones y decantarte por la que te salga más a cuenta. Recuerda, en ese sentido, que el interés no lo es todo: fíjate en las comisiones que te cobrarán y en el precio de los productos que te pidan contratar para acceder al crédito o para rebajar su interés.
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