De todos los electrodomésticos que tenemos en casa, la nevera es el que más gasta con un 31 % del consumo energético total. Por ello no está de más que le dediquemos un tiempo a controlar que hacemos un buen uso del frigorífico. Por que ¿existen algunas manías que nos están haciendo perder dinero mes a mes? Si queremos rebajar nuestros recibos evitando que este electrodoméstico dispare el consumo, debemos aplicar los siguientes consejos:

Orden y limpieza, básicos para ahorrar

La nevera es el aparato que más energía consume. Es normal, debe generar frío durante las 24 horas del día. Ahora bien, un mal uso puede incrementar notoriamente el consumo energético a final de mes. Por ello, lo principal es utilizar el sentido común. Por ejemplo, aunque nos pueda resultar una postura de madre, lo cierto es que la distribución de los alimentos dentro del aparato no debe hacerse a la ligera. Para evitar consumir más energía de la necesaria, es importante que repitamos un orden básico, de modo que podamos encontrar cualquier alimento de forma rápida, sin necesidad de mantener la puerta abierta. Además, en las nuevas neveras encontraremos espacios especiales para ciertos productos que nos garantizan una mayor conservación. Por lo cual, ahorraremos también en el súper.

Por otro lado, no debemos mantener la nevera llena hasta arriba ni los alimentos muy pegados, tanto entre sí como en las paredes del frigorífico, ya que evitaremos que se mueva el aire frío con regularidad. O, lo que es lo mismo, tendremos temperaturas diferentes si se estanca el flujo.

Por último, no hay que olvidarse de mantenerla limpia. Basta con pasar una bayeta con un desinfectante adecuado por todos los cajones y estantes para mejorar el estado de la nevera. Además de que será más salubre, podremos controlar que no se cree escarcha e incluso hielo. Si nos vamos unos días de vacaciones, podemos aprovechar para hacer esta tarea. De esta forma, podremos dejarla limpia y vacía durante estas jornadas, lo que nos permitirá tenerla desconectada y sin consumir un kW. Y no nos olvidemos de moverla para limpiar por detrás, ya que es una zona que acumula mucho polvo y puede hacer que la resistencia tenga problemas por mala ventilación. O, lo que es lo mismo, que incremento el consumo energético.

Mantener la temperatura estable para controlar el consumo energético

Al igual que siempre recomendamos evitar abrir constantemente la puerta del horno cuando cocinamos en él, ahora llega el turno de controlar la de la nevera. Es muy habitual que abramos la puerta y contemplemos su interior en busca de inspiración culinaria. No obstante, este gesto hace que la temperatura interior suba, con lo que forzamos al motor a trabajar más para recuperar los grados perdidos.

Otra manía que nos hace consumir más energía es poner una temperatura más baja de la necesaria. Para hacernos una idea, lo ideal es tener el frigorífico a 5ºC; mientras que el congelador debe estar a -18ºC. Normalmente estos valores se nos pondrán de forma automática si nuestra nevera cuenta con la función ECO.

Finalmente, si queremos dejar de pagar de más, debemos hacer un buen uso de este aparato. En lo que a la temperatura se refiere, hablamos de no meter comida caliente que suba unos grados el interior del electrodoméstico. En cambio, si tenemos la picaresca de descongelar comida dentro de la nevera, ahorraremos un poco.

Y así, con pequeños trucos y siendo un poco apañados, podemos conseguir que este aparato consuma la energía justa para su correcto funcionamiento.