Las hipotecas para segunda vivienda tienen algunas diferencias respecto a las de residencia habitual: menor plazo de amortización y menor financiación. La segunda residencia no es el lugar habitual donde vive la familia, y por tanto si se tienen problemas económicos, es más fácil dejar de pagar la vivienda vacacional antes que la residencia habitual. Por este motivo los bancos exigen más garantías para conceder una hipoteca para este tipo de inmuebles.
A continuación, explicamos varias opciones de plantear al banco la compra de una segunda vivienda, en función de la deuda hipotecaria de la residencia habitual.
Si la vivienda habitual está libre de cargas
Si nuestra vivienda habitual está libre de cargas (sin hipoteca) o con una pequeña deuda pendiente, tenemos dos opciones:
- Hipotecar la vivienda habitual para adquirir la segunda residencia. Esta es una buena opción sobre todo para la compra de viviendas que se encuentran en entornos rurales o que tienen poca salida (ciudades dormitorio abandonadas,etc). Inmuebles que en definitiva al banco no le interesa hipotecar, debido a su dificultad de colocarlas si tuviera que ejecutarlas.
- Solicitar un préstamo hipotecario para las dos viviendas. Por ejemplo si hemos solicitado una hipoteca para segunda vivienda, pero tras la tasación hipotecaria la financiación que nos ofrecen no es suficiente, podemos optar por hipotecar la vivienda habitual como segunda garantía, para aumentar la financiación.
Si tenemos pendiente la hipoteca de la primera vivienda
Hasta hace unos años, cuando los bancos eran menos rigurosos a la hora de exigir garantías para conceder hipotecas, era posible conseguir una hipoteca para segunda vivienda, a través de dos opciones inviables hoy en día:
- Pidiendo una segunda hipoteca en segundo rango sobre la vivienda habitual. Sobre todo cuando el valor de la vivienda era muy bajo, o si realmente al banco no le interesaba hipotecar el inmueble. Con la segunda hipoteca sobre la vivienda habitual se adquiría la segunda residencia. Como resultado, dos hipotecas sobre una vivienda (la habitual), dos cuotas diferentes y una segunda residencia libre de cargas.
- Re-hipotecar o ampliar la hipoteca de la vivienda habitual para adquirir la segunda residencia. La situación es la misma que en el caso anterior, pero en lugar de solicitar una segundo préstamo hipotecario, se realizaba una novación de hipoteca solicitando una ampliación del préstamo. Al final quedaría una sola hipoteca sobre la vivienda habitual y la segunda residencia libre de cargas.
Actualmente estas dos opciones son prácticamente imposibles, al no ser que contemos con un perfil financiero extraordinariamente bueno. La única posibilidad que podemos encontrar en el mercado actual, y que también nos exige una buena situación económica es:
- Contratar una hipoteca para cada casa. Si tenemos ingresos y ahorros suficientes, esta opción es más fácil de plantearse. Tendremos dos hipotecas con sus dos correspondientes cuotas mensuales, cada una sobre una de las viviendas.
Cómo conseguir la mejor hipoteca
Si no nos sentimos seguros negociando con el banco porque no entendemos muy bien su lenguaje, podemos utilizar la guía gratuita de HelpMyCash con 25 preguntas que debemos hacer al banco para conseguir la mejor hipoteca.
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