Las inmobiliarias tradicionales, que son aquellas que tienen oficinas a pie de calle y que trabajan de forma local, suelen cobrar en concepto de honorarios un porcentaje sobre el precio de venta de la casa. Este, generalmente, se ubica entre un 3% y un 7%, dependiendo de la ubicación y del tipo de vivienda. Es decir, es un importe representativo, pero las agencias alegan que este se corresponde con el trabajo realizado para alcanzar la venta, ya que estas se encargan de la operación de principio a fin. Pero ¿qué servicios realmente incluye la comisión inmobiliaria? A continuación, enumeramos los más importantes y comunes.

1. La valoración de la vivienda

Las inmobiliarias tienen un profundo conocimiento del mercado de la zona y al contactarlas valoran nuestra vivienda para sugerirnos un importe de mercado, que nos ayude a cerrar rápido la compraventa de la casa. Eso sí, como la estimación del precio se suele hacer antes de firmar el contrato de intermediación, hay que tener en cuenta que algunas agencias pueden caer en la tentación de darnos un precio inflado para que las contratemos.

En este sentido, es aconsejable pedirle a la agencia que nos justifique el precio (haciéndonos un estudio, comparando nuestra casa con otras ventas de la zona) y que, además, contactemos con otras agencias para pedirles una valoración (tanto online como tradicionales) antes de contratar a una en particular. También, es recomendable que valoremos nuestra vivienda por otros medios como, por ejemplo, las herramientas de valoración online para así comparar todos los importes y decidir un precio de salida para el inmueble.

2. La promoción de la venta: fotos, vídeos y anuncios

Las inmobiliarias también se encargan de elaborar un plan de marketing completo para nuestra casa y de realizar la difusión de la venta por todos los canales disponibles. Esto implica, además, realizar las fotos de la casa, los planos, los vídeos y, en algunos casos, la visita virtual de la propiedad.

Así, con todos estos recursos, cuelgan nuestros anuncios en los principales portales inmobiliarios, nacionales e internacionales (si estamos vendiendo un piso en una zona demandada por extranjeros) y en redes sociales. Además, si se trata de un gran grupo inmobiliario, también publicitan la venta en su web, ya que estás suelen recibir visitas de compradores buscando viviendas.

Hay que tener en cuenta que los anuncios requieren un seguimiento. La inmobiliaria se encarga de intentar posicionar los anuncios en las primeras posiciones de búsquedas (pagando anuncios destacados) y de gestionar todos los contactos de interés (responder emails, llamadas, mensajes, etc.).

3. El filtro de los compradores

Como hemos dicho, la inmobiliaria se encarga de gestionar los contactos de interés de los potenciales compradores (para tener más información de la venta, para hacer las visitas, etc.), pero no solo de eso.

La inmobiliaria también evalúa a grandes rasgos la situación económica de los interesados, de acuerdo a la información que estos les faciliten, para saber si tienen la capacidad económica de comprar esa vivienda. Esto, para evitar tener que perder tiempo con alguien al que probablemente no le van atorgar la hipoteca, por ejemplo.

4. La realización de las visitas

Otro de los servicios que incluye la comisión de la inmobiliaria es la realización de las visitas. El agente se puede encargar de enseñar la casa a los interesados por su cuenta o puede liderar las visitas si, por ejemplo, queremos estar presentes o vivimos en la casa.

5. La gestión de los documentos obligatorios

La inmobiliaria también se encarga de gestionar algunos de los documentos que necesitaremos para vender el piso como, por ejemplo, la nota simple, el certificado energético o la cédula de habitabilidad, si esta es imprescindible en nuestra localidad.

Hay que tener en cuenta que para obtener estos dos últimos documentos es necesario contratar a un técnico habilitado. Este deberá visitar el piso para hacer una inspección, elaborar un informe y, posteriormente, presentarlo en el organismo correspondiente de la Administración para que tenga validez. No obstante, la agencia se encargará de contactar con el técnico e, incluso, de estar presente durante la visita si nosotros no podemos (o queremos).

6. El asesoramiento legal y fiscal durante todo el proceso

Una de las principales ventajas de contratar a una inmobiliaria es que esta nos brinda asesoramiento legal, fiscal y comercial durante toda la venta.

Hay que tener en cuenta que el agente es un profesional, conocedor del mercado inmobiliario, por lo que sabe al dedillo todas las implicaciones legales de la venta e, incluso, todos los truquillos para que la operación se dé de la mejor manera.

7. El acompañamiento hasta notario

Por último, la agencia nos puede acompañar a la notaría el día de la firma de la compraventa, para cerciorarse de que todo sale bien y, por supuesto, para recibir el pago de sus honorarios, ya que nos ha ayudado a cerrar con éxito la venta.