No todos los pasaportes tienen el mismo glamour. Su valor se suele medir por el número de países a los que dan acceso sin visado. En este sentido, el pasaporte más poderoso del mundo en 2019 es el japonés, que da vía libre para entrar en 190 países, seguido de los de Singapur y Corea del Sur (189), según el índice de la consultora Hanley & Partners. El pasaporte español no sale mal parado, da acceso a 186 territorios. Tener uno de estos pasaportes es el sueño dorado de muchos ciudadanos acaudalados de países emergentes con limitaciones para viajar, pero… ¿se pueden comprar? Gracias a los programas de ciudadanía por inversión se puede invertir legalmente en los llamados pasaportes dorados, una operación considerablemente más exótica que invertir en fondos, ETF o acciones y cuya rentabilidad se mide con una vara distinta.
Ciudadanías a la venta desde los 80
Rentable o no, no es un fenómeno nuevo. El país caribeño de San Cristóbal y Nieves fue uno de los primeros en instaurar un programa para captar inversión extranjera a cambio de la ciudadanía. La jugada le salió bien. Según datos del FMI publicados en 2015, los ingresos recibidos por el país insular gracias al programa de ciudadanía por inversión suponían el 13% del PIB en 2013. Basta con una inversión de 250.000 dólares al fondo nacional de desarrollo o invertir en bienes inmuebles al menos 400.000 dólares para recibir un pasaporte que da vía libre para circular por 151 países. Sin requisitos de residencia y sin tiempo de espera.
Pero los programas de inversión por ciudadanía no se limitan a territorios exóticos. Canadá instauró su programa a mediados de los 80, aunque fue suspendido en junio de 2014. Los Estados Unidos tienen vigente el programa EB-5 desde 1990, con el fin de «estimular la economía estadounidense a través de la creación de empleos y la inversión de capital por parte de inversores extranjeros», explica el servicio de inmigración. Requiere una inversión en una compañía estadounidense y crear o conservar 10 empleos permanentes para trabajadores cualificados. La inversión mínima es de 500.000 dólares. El premio es recibir la residencia permanente.
En España el programa se puso en marcha en 2013. Las visas doradas están dirigidas a «inversores, emprendedores, profesionales altamente cualificados, investigadores y trabajadores que efectúen movimientos intraempresariales», explica el Ministerio de Exteriores. Entre los requisitos para disfrutar de la residencia española está invertir un millón de euros en depósitos o la compra de bienes inmuebles por valor de al menos 500.000 euros.
La inversión en pasaportes crece en Europa
De acuerdo con el estudio European Getaway de 2018 de Transparency International y Global Witness, «en los últimos diez años, la UE ha dado la bienvenida a más de 6.000 nuevos ciudadanos y a cerca de 100.000 nuevos residentes mediante los programas de visas doradas«. España, Hungría, Letonia, Portugal y el Reino Unido son los que más han otorgado, alrededor de 10.000 cada uno.
España ofrece programas de residencia, pero países como Malta o Chipre otorgan la ciudadanía. Con la residencia se puede residir en el país y moverse con libertad por los Estados miembros del espacio Schengen por un período de tiempo limitado. Sin embargo, con un pasaporte el inversor se convierte en un ciudadano más del país y de la UE, con la posibilidad de vivir en el Estado miembro que quiera.
Según el citado estudio, los ingresos obtenidos por Malta y Chipre anualmente gracias a sus programas de ciudadanía ascienden a 205 millones de euros y a 914 millones respectivamente, un programa del que se han beneficiado unas 2.027 personas en Malta y unas 3.336 en Chipre. Otros países europeos que también ofrecen programas de residencia o ciudadanía por inversión son Bulgaria, Francia o Grecia.
Pero ¿cuánto estaría dispuesto a invertir?
Pues en Chipre la ciudadanía cuesta unos dos millones de euros, según el Ministerio del Interior del país, en España la residencia se concede desde 500.000 euros, en EEUU, desde 500.000 dólares, etc. A continuación, una tabla con datos de 2015 publicada por el FMI:
Fuente: IMF working paper por Xin Xu, Ahmed El-Ashram y Judith Gold.
La principal razón para invertir y su verdadera rentabilidad es la movilidad que ofrecen los pasaportes dorados. Por ejemplo, el pasaporte de Malta da acceso a 182 países sin visado, el de Chipre, a 173 y el de San Cristóbal y Nieves, a 151. Pero también está la posibilidad de residir legalmente en dichos países, de trabajar en ellos, de invertir y de disfrutar de sus ventajas fiscales.
Según el índice de pasaportes de Hanley de 2019, los programas clave de ciudadanía por inversión son los de Austria, Malta, Chipre, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada, Montenegro y Moldavia, todos ellos con acceso a más de 122 países sin visado o con visado en el momento de llegada al destino.
La UE, preocupada por los programas de ciudadanía
Algunas organizaciones han puesto el grito en el cielo. Recientemente Vera Jurova, comisaria de Justicia de la UE, señaló respecto a los programas de ciudadanía o residencia por inversión que significan «abrir la puerta dorada a Europa para algunos privilegiados» y que «queremos más garantías relacionadas con la seguridad y contra el lavado de dinero. Esperamos mayor transparencia».
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