Los últimos años han supuesto un cambio radical para la mayoría de bancos españoles. La crisis económica afectó intensamente a este sector, pero gracias a la reestructuración bancaria (pasando de 45 entidades a unas 15) y la recuperación económica el sector, poco a poco, ha salido fortalecido. Sin embargo, algunos expertos indican que las reestructuraciones no fueron suficientes para revivir el sector financiero, por lo que se espera que próximamente haya una nueva oleada de fusiones que deje la red de bancos más reducida.
Preocupación por las futuras fusiones
El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Estudios económicos de la OCDE: España 2017, estiman que los bancos españoles aún tienen cierto margen para consolidarse y cerrar oficinas mediante las fusiones, lo que provocaría un aumento de la rentabilidad.
Los recientes rumores sobre fusiones de algunos bancos, han generado un clima de incertidumbre entre algunos clientes que se preguntan qué ocurriría con su banco y todos los productos contratados en caso de que fuese absorbido por otra entidad o se fusionase con otro.
Bankia – BMN y Popular, ¿qué ocurrirá con estos bancos?
Dos de las entidades que sí que veremos fusionarse próximamente son Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN). La semana pasada, el FROB dio luz verde a una unión entre estos dos bancos. Una operación de la que se viene hablando desde hace mucho y que permitiría recuperar una parte de las ayudas públicas que se inyectaron en ambas entidades durante la crisis.
Otro de los bancos españoles que se encuentra dentro de todas las quinielas de las fusiones es Popular. Con el nuevo presidente de la entidad, Emilio Saracho, los rumores de una posible fusión se han disparado y los tres bancos más grandes de España (Santander, BBVA y Caixabank) ya han mostrado, en mayor o menor medida, su interés por quedarse la entidad. Sin embargo, lo que finalmente ocurrirá con el banco es una incógnita.
Consecuencias de una fusión bancaria
Ante una situación de absorción o fusión de dos entidades, los clientes pueden estar tranquilos, ya que en la mayoría de productos que tengan contratados se les mantendrán las condiciones. Esto afecta a los contratos de productos con plazos definidos, como préstamos, depósitos o hipotecas.
Sin embargo, en el caso de las cuentas bancarias las reglas son diferentes. Principalmente, el cambio de entidad también supone un cambio del número de cuenta y, en muchas ocasiones, de las condiciones (avisando siempre con un mínimo de dos meses de antelación).
Por último, cuando se producen estas operaciones también supone un cierre de la red de oficinas bancarias con el objetivo de reducir costes o equilibrar el número de cajeros. Por último, una fusión también supone un aumento de la solvencia de la entidad, por lo que es otro aspecto positivo tanto para el banco como para el cliente.
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