Según un estudio de Fotocasa, el 70% de los jóvenes en España quiere comprar una vivienda. Sin embargo, la mitad de ellos descarta la idea por falta de ahorros. Este punto es importante porque tener ahorros es el principal requisito que piden los bancos para dar una hipoteca. Lo normal es que financien hasta el 80% de la compra y que haya que aportar el 20% restante, además de lo que cuestan los gastos asociados, como los impuestos o la notaría, que también recaen en el comprador.

El debate sobre cómo facilitar el acceso a este colectivo a una primera vivienda no es nuevo. Una de las fórmulas que se barajan es que sea el Estado el que avale parte del valor de las hipotecas de los jóvenes con el objetivo de que los bancos les financien hasta el 100% de la compra de su primera vivienda y que la falta de ahorros no sea una barrera para ellos. Bancos como el Banco Santander defienden esta medida e, incluso, el gobierno de Murcia ya aplica una línea de avales similar en la región. El último en apoyar la intervención estatal para avalar la entrada del piso ha sido el Partido Popular (PP), que estudia presentar una medida al respecto en el Congreso.

Desde HelpMyCash.com hemos hablado con economistas, bancos y jóvenes para determinar cómo tendría que ser esta ayuda para que fuera realmente efectiva.

Qué es un aval público y cómo debería funcionar

La propuesta que baraja el PP parte de la idea de que el Estado avale el 20% de la hipoteca de los jóvenes para que el banco les financie hasta el 100% de la compra, en vez del 80% que es lo habitual. Todavía se desconocen el resto de detalles que incluirá la medida o cuándo se presentará formalmente. Que el Estado se convierta en avalista implica que, en caso de impago del 20% por parte del joven, el mismo Estado estará obligado a responder por ese capital pendiente (no por la totalidad de la hipoteca).

Esta medida ayudaría a personas como Carla y Daniel, una pareja de 34 años que quiere adquirir un piso de 200.000 euros en una población en los alrededores de Barcelona. Actualmente, no se lo pueden permitir, porque el banco solo les ofrece una hipoteca de 160.000 euros (el 80% del precio) y no disponen de 40.000 euros ahorrados.

Ahora bien, con el aval del Estado, el banco sí les podría prestar los 200.000 euros que cuesta el piso. Así, podrían comprarla sin necesidad de esperar varios años para ahorrar los 40.000 euros restantes, ni pedir ayuda familiar, que es lo que suele suceder en estos casos. Si no pagaran las cuotas, el Estado sería el responsable de afrontar el pago del capital pendiente superior al 80%.

La propuesta del PP, no obstante, no especifica hasta cuándo debería responsabilizarse el Estado del posible impago de la hipoteca. En ese sentido, podría aplicarse un sistema parecido al del Banco Santander: esta entidad financia hasta el 95% de la compra a los jóvenes avalados por sus padres y suprime el aval a los cinco años de firmar la hipoteca. El aval del Estado, por lo tanto, podría eliminarse cuando los jóvenes hayan devuelto el 20% de la hipoteca.

Pongamos que Carla y Daniel consiguen esa hipoteca de 200.000 euros con un plazo de 30 años y un interés medio del 1,50%. Si el Estado avalase el 20% de ese importe, este aval se eliminaría, con la fórmula descrita, cuando esta pareja devolviera el 20% del capital. Es decir, cuando hubiesen pasado 10 años y seis meses.

Para qué jóvenes se destinarían los avales

Una de las grandes dudas es a qué franja de edad se dirigirían estas ayudas. La propuesta del PP habla de entre 18 y 35 años, mientras que los avales públicos de Murcia incluyen a los jóvenes de hasta 34. Los expertos consultados por HelpMyCash indican que habría que plantearse aumentar esa franja de edad hasta los 37 años. El motivo que aportan es que la inestabilidad laboral también les afecta, lo cual incide directamente en su capacidad de ahorro.

Según David López Cabia, profesor y redactor de la plataforma de educación financiera Economipedia, también  “es fundamental que queden bien delimitados los criterios económicos que se exigirán a los jóvenes para acceder a esta ayuda” en caso de aprobarse. Teniendo en cuenta los requisitos que ya establecen los bancos para conceder hipotecas a este grupo poblacional, lo lógico es que se les pida tener un trabajo estable, cierta antigüedad laboral, unos ingresos suficientes para pagar las cuotas mensuales de la hipoteca y poco endeudamiento previo.

En cuanto al precio de la casa que podría financiarse con el aval del Estado, la medida podría tener en cuenta la realidad del mercado inmobiliario de cada comunidad autónoma. No es lo mismo adquirir una casa o un piso en Madrid (con un precio por metro cuadrado de 3.090 euros, según Fotocasa) que en Andalucía (1.704 euros por metro cuadrado).  El Gobierno de Murcia, por ejemplo, delimita la ayuda únicamente a los jóvenes que adquieren un inmueble de hasta 175.000 euros.

Cómo se debería gestionar esta ayuda

De acuerdo con Francisco Coll Morales, redactor jefe de Economipedia, es importante que el proceso para acceder a estos avales sea sencillo en términos de burocracia. A su juicio, se debería “dotar al órgano responsable de aprobar estos avales con recursos suficientes para gestionar, de forma eficiente, este tipo de políticas”. Eso implica crear oficinas específicas para asesorar a los interesados en solicitar la ayuda.

Los jóvenes consultados por HelpMyCash consideran que sería conveniente que fuera el propio banco el que se encargara de gestionar la solicitud del aval a petición del interesado y que pudiera hacerse vía online. “Los trámites deberían ser sencillos para no poner demasiadas trabas a los que necesitamos acceder a esta medida”, coinciden.

Otras medidas complementarias

Según los expertos de Economipedia, también sería necesario complementar esta medida con otras para controlar el precio de la vivienda. Francisco Coll Morales, por ejemplo, afirma que “esta política, mal aplicada, podría gestar el inicio de una nueva burbuja”. Propone que el Estado estimule también la oferta para que haya más viviendas disponibles para los jóvenes y controlar que no se disparen los precios.

David López Cabia coincide y añade que “las administraciones podrían facilitar la cesión de suelo para la construcción de viviendas destinadas a los jóvenes”. Cree, además, que se podrían aprobar estímulos fiscales, como “rebajas de impuestos a quienes paguen por su primera hipoteca o hereden una primera vivienda”.

El caso del Reino Unido

Help to Buy (Ayudas para la compra) es el programa que el Gobierno de Reino Unido puso en marcha en 2013 para incentivar la compra de la primera vivienda. No es exclusivo para jóvenes, pero, lógicamente, este colectivo es uno de los principales beneficiarios de la medida. Se trata de una colaboración público-privada (bancos y administración) que permite acceder a una hipoteca del 95% con un aval parcial del Estado.


Funciona de la siguiente manera: el beneficiario aporta una entrada del 5%, mientras que el Estado le presta el 20% del precio de la vivienda y lo garantiza en caso de impago. En Londres, el préstamo estatal puede llegar al 40%. En este caso, se mantiene el 5% de la entrada y se da una hipoteca de hasta el 55%.


Estos préstamos estatales establecen un límite de precio máximo de la vivienda dependiendo de la región y están exentos de intereses en los primeros cinco años. El joven debe pagar ese 20% -o 40%, en el caso de vivir en la capital británica- en los siguientes 25 años.