Dana tiene 28 años, un trabajo estable y acaba de volver de sus vacaciones en Mallorca. Ahora, toca ponerse a organizar sus finanzas personales para la recta final del año. El verano ha sido duro en cuanto a gastos, pero no quiere dejar pasar la oportunidad de organizar el dinero que tiene ahorrado desde hace tiempo. Esta es la historia de cómo Dana pasa de ahorradora a inversora. Así son los primeros pasos en el mundo de la inversión. ¡La acompañamos!
Informándose de inversión y organizando el dinero
Cuando Dana tomó la decisión de empezar a invertir, lo cierto es que no tenía ni idea de por dónde comenzar a informarse, pero tomó la decisión porque hablando con amigos llegaron a la conclusión de que teniendo el dinero en una cuenta solamente conseguían que la inflación se llevase año tras año parte de su dinero.
Su primera imagen en la cabeza fue buscar productos no complejos (fondos de inversión, acciones, etc.), ya que es lo más recomendable para los principiantes en inversión, sin adentrarse en otros más complicados. También cayó en la cuenta de que las ganancias no iban a verse de hoy para mañana sino que, especialmente siendo joven, lo ideal sería plantearse un plazo de, mínimo, cinco años.
Teniendo esto en mente y otros consejillos más, seleccionó una parte de sus ahorros para invertir, dejando otra parte en una cuenta por si tiene que disponer de ellos con urgencia (este dinero que no se invierte por si surgen imprevistos es lo que se denomina fondo de emergencia). Con 5.000 euros para invertir empezó a mirar opciones de productos: fondos de inversión, acciones, etc.
Buscando dónde invertir: así destacan los ‘robo advisors’
Por las características de cada producto, a Dana, personalmente, le convencieron más para invertir los fondos de inversión que las acciones, ya que confía más en que su dinero esté diversificado en varios activos. Y, justamente yendo por este camino, en un hilo de preguntas del foro leyó algo sobre los robo advisors y como son una buena forma para invertir en varios fondos de inversión, por lo que todavía sería una inversión más diversificada. Los robo advisors ofrecen carteras de inversión y en cada una de ellas hay un número variable de fondos de inversión, pero que puede ir de 2 a 20 fondos.
Lo cierto es que uno de los temas que más le preocupaban a Dana, el de las comisiones, también eran un punto a favor de los robo advisors. En general, por el servicio de robo advisor la comisión es inferior a 1% anual y en algunos fondos de inversión de los bancos que consultó, llegan incluso a pasar el 2% anual.
Por otra parte, como no estaba muy segura del perfil de riesgo que encaja con ella, un robo advisor le ofrece asesoramiento para entender el nivel de riesgo que puede asumir según su perfil y su situación económica.
Todo muy bonito, ¿y cuál es el pero? Realmente la rentabilidad no es de las más altas del mercado, pero sí que es una muy buena opción para empezar a rentabilizar el dinero. Dana quiere poner en uno esos 5.000 euros y, posteriormente, ya se verá si lo combina con otras ideas de inversión.
Así comienza Dana a invertir
Tras decidirse por los servicios de los robo advisors, comenzó a buscar las mejores opciones para contratar uno desde España y aparecieron en su camino Indexa Capital, Finizens e inbestMe. Los tres gestores automatizados destacan en España por ser robo advisors independientes, es decir, que no pertenecen a grandes bancos. Sus características son similares y, realmente, el gran cambio ocurre en los fondos de inversión que ofrece cada entidad en sus carteras y en la estrategia que siguen para la inversión, así como de la mesa de expertos en inversión que forman el Comité de Inversión.
Para escoger uno de los tres, Dana se fijó en: el número de carteras que ofrecen, los fondos que contienen las carteras, los mercados en los que invierten, la rentabilidad histórica y las comisiones.
Analizando los puntos fuertes y débiles de cada uno, después el proceso de inversión todo fue muy fácil para comenzar la inversión:
- Dana escogió una de las entidades para empezar a invertir
- Hizo el test de idoneidad para conocer qué perfil de inversor es el que encaja más con ella (y, por tanto, qué cartera)
- Escogió una de las carteras, completó sus datos personales y abrió la cuenta en el robo advisor
- Transifirió el dinero necesario (según el mínimo de inversión, que para Indexa son 3.000 euros y para Finizens e inbestMe son solamente 1.000 euros)
- Empezó a rentabilizar sus ahorros a largo plazo
- Cada cierto tiempo puede hacer un seguimiento desde la web o la aplicación del robo advisor
Así, Dana ha conseguido iniciarse en el mundo de la inversión con ayuda para escoger el nivel de riesgo y con comisiones muy bajas para que no le coman la rentabilidad. Quizá cuando adquiera experiencia combine esta opción de inversión con otras que tiene en mente, pero para empezar, por ahora, ya se siente más tranquila de poner a trabajar esos 5.000 euros. ¡Seguiremos cómo avanza su historia!
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