La planificación de tu futuro financiero es crucial y una de las herramientas que tienes a tu alcance es tu plan de pensiones. Los planes de pensiones nos permiten invertir a largo plazo, pero aprovechando la ventaja fiscal.

¿Por qué hacemos referencia al dinero destinado a tus inversiones? Porque si has efectuado una planificación financiera adecuada, repartirás tus fondos en varias cestas: una destinada al ahorro a corto plazo (por ejemplo, a las vacaciones), otra a tu fondo de emergencia y otra a tu ahorro a largo plazo. Y para que sea más fácil el dinero que destines a cada cesta deberías hacerlo de manera automatizada.

Una vez aclarado esto, pondremos el foco en el dinero destinado a tu inversión a largo plazo, no sólo para garantizar la jubilación, sino si persigues otros objetivos que impliquen más tiempo.

Aquí te puedes preguntar cuánto dinero tienes que destinar a esta partida. Para empezar, si quieres comenzar a invertir, debes saber que no hay una única regla. Hay diferentes guías que hablan de destinar un porcentaje de tu salario a la inversión como, por ejemplo, la regla del 120. Debes tener en cuenta que son recomendaciones y qué eres tú, quién decide cuál es la que mejor se ajusta a tu personalidad.

En este post te explicaremos la regla de 120. Esta guía sugiere que restes tu edad de 120 para calcular el porcentaje de tu cartera que deberías invertir en fondos de renta variable, mientras que el resto debería estar invertido en renta fija de bajo riesgo, que en HelpMyCash apostamos por depósitos, cuentas remuneradas, Letras o, incluso, fondos monetarios.

¿Existe una asignación de activos adecuada según la edad?

Imagina que, a los veinte años, tienes por delante una vida entera para recuperarte de posibles caídas en los mercados. Esto te permite arriesgarte un poco más al invertir, eligiendo opciones que, aunque sean más volátiles, también ofrecen un mayor potencial de rentabilidad.

Con el paso del tiempo, sin embargo, nuestra capacidad para tolerar riesgos cambia. A medida que acumulamos años, nuestra prioridad se convierte en cuidar el capital que hemos conseguido, protegiendo nuestras ganancias. Esto implica ajustar el nivel de riesgo en nuestras inversiones.

Aquí es donde se aplica la «regla de la edad» para la asignación de activos. Según esta guía, podrías destinar a la renta variable un porcentaje equivalente a 100 menos tu edad. Por ejemplo, si tienes 40 años, podrías tener un 60% de tu cartera invertido en acciones, mientras que el restante se ubica en inversiones más seguras.

Sin embargo, las condiciones de vida han cambiado, y muchas personas ahora llegan a vivir más años y disfrutar de una mejor calidad de vida. Por esta razón, esta regla ha evolucionado. Actualmente, muchos expertos sugieren que puedes ajustar esta fórmula a 110 o incluso 120 menos tu edad, lo que te permite mantener una mayor exposición a activos más rentables durante más tiempo.

Aunque estas pautas te ofrecen una buena orientación, la decisión final siempre recae en ti. Lo esencial es encontrar ese equilibrio que te haga sentir seguro, asegurando que tus inversiones reflejen tu perfil de riesgo y tus metas financieras.

Veamos la regla del 120 con ejemplos

1. Menos de 30 años: ¡Aprovecha el crecimiento a largo plazo!

La teoría dice: Si tienes menos de 30 años, la regla de 120 sugiere que inviertas alrededor del 90% de tus ahorros en fondos de renta variable y solo el 10% en depósitos, cuentas… A esta edad, tienes el tiempo a tu favor para recuperarte de cualquier caída del mercado. Además, el interés compuesto juega a tu favor.

Lo que tú deberías tener en cuenta: Aquí lo que buscas es maximizar la rentabilidad de tus inversiones. Tener una cultura financiera, es decir, tener el hábito de invertir, aunque empieces con poco dinero. Puedes cometer errores de los que aprenderás para tus inversiones.

2. Década de los 30: Potenciar el crecimiento de tus inversiones

La teoría dice: Si estás en tus 30, la regla indica que deberías un 80% y un 90% en fondos de renta variable, que te permitirá seguir creciendo tus inversiones gracias al interés compuesto.

Lo que deberías saber: Pero también tienes que tener en cuenta tus proyectos. Esto puede funcionar o no, porque a lo mejor, si tienes objetivos a muy largo plazo querrás seguir haciendo crecer tu dinero. Pero si tienes un objetivo importante, como comprar una casa o tener hijos, a lo mejor quieres reducir este peso.

También va a depender de la relación que estás desarrollando con el mundo de la inversión. Puede que cuando comenzaste, a los 20 años, no sabías muy bien cómo hacerlo, y ahora ya conoces productos que te gustan y te llaman la atención y quieras invertir en ello. ¡Es lo mejor de ser tú quien decides!

3. Década de los 40: Todavía puedes hacer crecer tu dinero

Lo que la teoría dice: A medida que te acercas a los 40 años, la regla de 120 sugiere que inviertas un 80% en fondos de renta variable.

Lo que deberías saber: Sin embargo, depende de tu patrimonio. Si tienes, por ejemplo, 50.000 euros ahorrados, es posible que no quieras arriesgar y tener más de la mitad en depósitos y cuentas remuneradas. Pero si tu patrimonio es mucho mayor, esto te permite tomar riesgos por más largo tiempo. Por ejemplo, puedes poner el equivalente a cinco años de tu vida en depósitos y cuentas.

4. Década de los 50: Protección ante la jubilación

La teoría dice: Si tienes entre 50 y 60 años, deberías seguir reduciendo el peso de tu inversión en fondos de renta variable hasta tener entre un 70% y un 60%. A esta edad, es importante proteger tus ahorros para la jubilación.

Lo que debes saber: Considera invertir depósitos. ¡Pero no te olvides de la renta variable! La renta variable servirá para seguir haciendo crecer tu patrimonio más agresivamente. Y más teniendo en cuenta que es posible que la edad de jubilación se siga retrasando (más allá de los 67 años).

5. Década de los 60 y más: Seguridad ante todo

La teoría dice: Si tienes más de 60 años, la regla de 120 sugiere que deberías tener entre un 60% o menos en renta variable. A esta edad, la prioridad es preservar tu capital y asegurar un flujo de ingresos estable. Invierte en productos de inversión que ofrezcan seguridad y estabilidad como pueden ser los depósitos y cuentas remuneradas.

Lo que debes saber: Aunque hayas reducido el riesgo, puedes seguir creciendo tus inversiones con algo de renta variable. Tendrás un buen colchón de cara a una jubilación y podrás mantener tu nivel de vida. También puede ser que prefieras asegurar este dinero, por lo que los depósitos y cuentas remuneradas, incluso fondos monetarios o las Letras, serán tus productos.