Si somos uno de esos hipotecados con problemas económicos que nos arrastra a un sobreendeudamiento, la idea de ampliar la hipoteca puede ser una opción. Reunificar deudas puede ser la vía de escape para concentrar todos los esfuerzos en un solo frente y así poder devolver el dinero más cómodamente en un plazo prorrogado. Sin embargo, esta solución también tiene sus contras ya que a la larga nos puede salir más cara. Además, tendríamos que asumir una serie de gastos en el proceso de reunificación. En este artículo explicaremos de forma sencilla cuáles son las claves de esta operación.
La ampliación del préstamo hipotecario como último recurso
La reunificación nos permitiría la fusión de varios préstamos pendientes de pago en uno solo. De esta manera, podríamos pagarlo todo en una sola cuota. Además, esta sería más baja que la suma de las tres anteriores pagado por separado.
Asimismo, si tenemos entre nuestras deudas un préstamo hipotecario, podemos demandar a nuestro banco una ampliación de la hipoteca mediante una novación hipotecaria. De esta manera, con el dinero conseguido podríamos cubrir otras deudas descubiertas y a la vez, seguiríamos pagando todos los adeudos en una mensualidad que tendría un interés más bajo y un plazo más largo.
Eso sí, no hay que olvidar que el banco es quién da luz verde a la operación. Podría negarse a aceptar nuestra propuesta si nuestra salud financiera estuviera un poco enferma: si tuvimos demoras en el pago de las cuotas hipotecarias, si la retribución económica se ha resentido, etc.
¿Qué pasaría en caso de que tengamos amortizada la hipoteca? La opción más adecuada sería un préstamo con garantía hipotecaria a nuestro banco o incluso a una financiera de capital privado. La diferencia es que el tipo de interés sería más alto.
Esta operación no sale gratis
Si pretendemos respirar un poco en un momento de apuro, debemos saber que la ampliación no saldría barata. Si hacemos esta operación mediante una novación, tendríamos que asumir los siguientes gastos:
- Comisión por novación si está plasmado en nuestro contrato (entre el 0,1% y el 1% de la cantidad por amortizar).
- Mitad de la notaría: la otra parte lo cubriría el banco (el total suele rondar entre el 0,2% y el 0,5% del capital pendiente por pagar).
- Gestoría: entre 200 y 400 euros (incluso hasta 450 euros)
- Registro de la Propiedad: aproximadamente la mitad del coste de la notaría
La tasación de la vivienda también se incluiría si hubiera además una ampliación de capital, (entre 200 y 400 euros). Además, si el contrato hipotecario lleva en vigor antes de 2011, también tendríamos que pagar el impuesto de actos jurídicos documentados (IAJD).
Por otro lado, el proceso de reunificación de deudas en un solo préstamo conlleva la cancelación anticipada de cada una y pagar su respectiva comisión:
- Créditos al consumo: 1% del capital pendiente y 0,5% si el plazo del vencimiento es inferior a un año
- Otro préstamo hipotecario: hasta el 0,5% de la cantidad pendiente por amortizar en los 5 primeros años y hasta el 0,25% en adelante.
Ampliar hipoteca: cuanto más larga, más cara
Es una regla que no falla. Si al reunificar deudas conseguimos pagar un poco menos cada mes a cambio de alargar el plazo, con el paso de los años, abonaríamos más dinero por los intereses devengados.
Por esta razón, tendríamos que encontrar el equilibrio adecuado entre el nuevo precio de la cuota y el plazo para amortizar el capital pendiente. Por supuesto, que no supere entre el 30% y el 35% de nuestros ingresos.
Si no pudiéramos afrontar el pago de la cuota, podríamos perder nuestra vivienda y otros bienes para cubrir el adeudo descubierto.
Comentarios