Hoy han dado el pistoletazo de salida las rebajas de verano, que se prolongarán hasta finales de agosto o de septiembre, dependiendo de la comunidad autónoma. En esta ocasión, la mitad de los españoles gastaremos entre 100 y 300 euros, según un estudio del outlet virtual Veepee. No obstante, si no tenemos cierto control y somos demasiado impulsivos, las posibilidades de acabar quemando nuestras tarjetas y de que el presupuesto se dispare por encima de lo planeado son altas. En este artículo te damos cinco consejos para que las rebajas de verano no acaben convirtiéndose en una pesadilla para tu economía doméstica .
1- Decide lo que quieres comprar antes de ir de rebajas
Lo primero que debemos hacer es decidir qué queremos comprar y diferenciar aquello que es una necesidad de los caprichos. Lo ideal es aprovechar el período de rebajas estivales para adquirir los productos y servicios que necesitemos. De hecho, al menos un tercio de los consumidores afirman hacerlo; según el estudio de Veepee, el 37% de los españoles aprovecha los descuentos veraniegos para comprar cosas que necesita.
Para no olvidarnos nada, pero, a su vez, para no llenar el carrito de la compra de productos innecesarios que acabarán pasando factura a nuestra cuenta corriente, podemos crear una lista, al igual que haríamos si fuésemos al supermercado. De esta manera evitaremos las compras impulsivas y nos centraremos en aquello que hayamos decidido de antemano.
2- Establece un presupuesto y cíñete a él
El segundo paso es fijar un presupuesto para el conjunto de las compras que hagamos durante las rebajas. Debe ser una cifra realista, acorde con nuestros ingresos y con los gastos fijos que tengamos durante el mes en curso. Asimismo, no debemos pasar por alto los posibles gastos extra que podamos tener también en este mes debido a las vacaciones de verano (billetes de avión, reservas de hotel, etc.). La regla 50-30-20 puede ayudarnos en este sentido: la mitad de los ingresos los dedicamos a hacer frente a los gastos fijos del mes, el otro 30% a los gastos prescindibles, categoría en la que encajarían las rebajas, y el 20% restante al ahorro.
3- Aprovecha los chollos
Las rebajas son la época ideal para encontrar chollos. Los descuentos pueden superar el 50% sobre el precio de venta original. Pero para encontrar los mejores precios, hace falta comparar y, sobre todo, no dejarse cegar por el primer cartel que veamos. Si preferimos los comercios a pie de calle, podemos acudir en las horas de menos afluencia, por ejemplo al mediodía, para poder analizar las distintas ofertas con calma y comparar los descuentos de varias tiendas.
Otra opción es recurrir a los comercios virtuales que desde su web permiten ver todo el catálogo y aplicar filtros, así como ordenar los productos por precio ascendente. Desde el sofá de casa, podemos acceder a la web de varias tiendas y ver qué ofrecen, lo que nos facilitará le búsqueda de chollos. Si finalmente nos decantamos por adquirir un producto por la Red, debemos comprobar si el envío tiene coste, para que lo que nos ahorremos por un lado no lo acabemos gastando por el otro y, también, cuál es la política de devoluciones.
4- Huye de las nuevas colecciones
Los productos de nueva colección no suelen estar rebajados; sin embargo, suelen ocupar un lugar privilegiado en muchos comercios, que aprovechan la gran afluencia de consumidores que van de compras durante estas fechas para colocarlo.
5- Usa tus tarjetas de forma razonable
Si nos ajustamos al presupuesto y este es realista, no deberíamos tener ningún problema para pagar las rebajas al contado. No obstante, si queremos aprovechar estas fechas para adquirir algún producto caro que hace tiempo que necesitamos y ahora es más barato, por ejemplo una lavadora, una nevera o un ordenador nuevo, y no podemos pagar la factura de golpe, tenemos varias opciones a nuestro alcance:
- La primera opción y la más recomendable sería recurrir a los ahorros, sobre todo si ya habíamos planeado la compra y hemos guardado una parte del dinero los meses anteriores.
- La segunda es distribuir los gastos en dos meses gracias a las tarjetas de crédito. Por ejemplo, podemos abonar una parte de las compras en efectivo y la otra con tarjeta de crédito, previa activación de la modalidad de pago total (no genera intereses). De esta manera, ahora pagaremos una parte de las rebajas y a principios del mes siguiente, cuando hayamos cobrado la próxima nómina, la cantidad restante. Es importante qué sepamos qué día nos llegará el recibo, para tener el dinero suficiente en la cuenta para hacerle frente, ya que, en caso contrario, entraríamos en números rojos y tendríamos que abonar intereses de demora y comisiones.
- La tercera opción es pagar la compra a plazos, siempre y cuando seamos capaces de devolver el dinero en las fechas pactadas. En este caso, salvo que aprovechemos alguna oferta puntual (las cadenas comerciales lanzan de vez en cuando ofertas de financiación sin intereses ni comisiones), el coste será superior al precio de venta del producto. Si el importe que queremos financiar supera los mil euros, los préstamos personales serán la opción más barata, aunque requerirá más trámites (el importe mínimo de los préstamos personales suele partir de cifras cercanas a los mil euros). Si el importe es inferior, lo más cómodo será pagar con la tarjeta de crédito. El tipo de interés de los plásticos es del 21%, aunque si el importe es reducido y el plazo también, el precio puede ser asequible. Por ejemplo, si financiamos una compra de 500 euros en cinco meses con una tarjeta con un interés del 21%, la cuota mensual será de 105 euros y los intereses, de 27 euros. Cuanto más bajo sea el interés de la tarjeta, menor será el precio de la financiación.
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