Normalmente, cuando pedimos un crédito al banco, nuestro principal objetivo es que nos lo concedan. Sin embargo, hay que tomárselo con calma. Si nos precipitamos y decimos sí a todo es probable que nos cuelen un préstamo con condiciones abusivas que difícilmente nos interesará, por mucho que necesitemos la financiación.
¿En qué fijarse al pedir un crédito bancario?
Estos son los puntos principales a tener en cuenta a la hora de elegir un crédito bancario:
- El tipo de interés. Como es evidente, el tipo de interés es lo primero en lo que nos debemos fijar. Dependiendo del tipo de crédito, aceptaremos un interés más alto o más bajo. Si hablamos de un préstamo personal, un interés superior al 15% será excesivo, pero si se trata de un crédito rápido deberemos prepararnos para superar, a veces con creces, el 20%
- Comisión de apertura. En ocasiones nos ofrecen un crédito a un tipo de interés aparentemente bajo, pero con una comisión de apertura del 2% o el 3%. Esta es una manera de “maquillar” el tipo de interés, ya que en realidad podemos acabar pagando más con esta comisión. Cuanto más corto es el plazo del préstamo, mayor efecto ejerce esta comisión
- Comisión de amortización anticipada. Si pagamos una cantidad antes de su tiempo, ya sea total o parcial. Se aplica un interés sobre la parte amortizada. Incluso puede darse el caso de que algún préstamo cobre comisión por cancelación al llegar al final. Ojo con la letra pequeña
- Seguro de crédito. Las entidades suelen ofrecer un seguro de crédito por si no pudieras hacer frente a la deuda por causas justificadas. Este seguro no siempre nos interesa, especialmente porque encarece el crédito. El problema es que algunas financieras lo imponen como obligatorio
- Aval. Pueden pedirte una garantía extra para concederte el crédito. Ojo, ¡puede no merecer la pena poner tu vivienda como aval para que te presten 10.000 euros!
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