La tarjeta contactless es uno de los medios de pago más utilizados para realizar nuestras compras a diario. Según un estudio elaborado por el gabinete de abogados Osborne Clarke, un 57 % de los consumidores utilizamos este tipo de plásticos para adquirir productos y servicios, y cada vez utilizamos menos el efectivo. Aunque sean muy cómodas y bastante seguras, el no tener que introducir nuestro código pin al pasarlas en un establecimiento puede ocasionarnos un disgusto. Para evitar que la usen, estas son cinco cosas que podemos hacer para que estemos más protegidos a la hora de comprar con una tarjeta sin contacto. Una pista: alguna de ellas está al alcance de nuestra mano y es una opción barata que funciona. 

1. Lleva un inhibidor de tarjetas contactless en tu cartera

En el mercado podremos encontrar productos que funcionan como inhibidores de señal. Esta tecnología consiste en dejar inoperativo cualquier aparato electrónico que emita una señal y que no se pueda usar. Podemos encontrar inhibidores de señal wifi, de móvil, de televisión o incluso de GPS que podemos aplicar a un tarjeta contactless como la de WiZink sin renunciar a sus ventajas:

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También existen inhibidores que deshabilitan la tarjeta contactless. Consisten en productos similares a una tarjeta que se colocan en nuestra cartera junto a nuestros otros plásticos. Además, tienen la misma forma y el mismo peso, por lo que no será aparatoso llevarlo en nuestro monedero. Otra de las ventajas es su precio, no tendremos que pagar más de 15 euros.

2. Adquiere una funda de papel con protección RFID

Otra opción es comprar una funda para nuestra tarjeta contactless con tecnología RFID. También actúa como inhibidor, pero nos permite desactivar un único plástico en lugar de todos los de nuestra cartera, lo que nos permite elegir aquella que más queramos proteger y envolverla como oro en paño. Además, no es difícil encontrar este tipo de protectores.

En el mercado existen una gran variedad de fundas con tecnología RFID de distintos modelos y de distintos precio. Sin embargo, no tenemos que realizar una gran inversión para ir bien protegido y que nadie pueda acceder a nuestras tarjetas sin contacto. Podemos encontrarlos en muchas páginas web por menos de un euro la unidad. Además, son un mecanismo muy ligero que no ocupan apenas espacio en nuestro monedero.

3. Opta por una cartera metalizada

El metal causa en la tarjeta un efecto similar a lo que ocurre cuando entramos con nuestro móvil en un ascensor. Un concepto que se conoce en física como jaula de Faraday, anulando las señales del exterior que recibe la tarjeta contactless. De esta forma, todas las tarjetas que introduzcamos dentro quedarán automáticamente anuladas hasta que la abramos para pagar con alguna de ellas.

Esta es la opción más cómoda, ya que evitamos tener que ir asilando cada tarjeta contactless en una funda individual y las llevamos todas protegidas al mismo tiempo. Sin embargo, también es la más cara. Una cartera de este tipo suele costar entre 30 y 60 euros dependiendo de dónde la adquiramos.

4. Envuelve tu tarjeta sin contacto en papel de aluminio

Está basado en el mismo principio anterior, pero es la versión económica, aunque no precisamente la más cómoda. Al igual que en el apartado anterior, también estamos usando el metal para inhabilitar la tarjeta contactless, lo hacemos de una forma individual. Por lo tanto, podemos usar esta técnica con un plástico determinado en vez de con todos.

Un inconveniente a tener en cuenta es la fragilidad que presenta el papel de aluminio. Por lo que, si se rompe la envoltura, no servirá de nada. Sin embargo, es la opción menos voluminosa y más accesible de todas para proteger nuestra tarjeta sin contacto.

5. Bajar el mínimo de compra para que te pidan el pin

Es una opción que debes valorar si quieres optar por un método más simple. Tenemos la posibilidad de contactar con la empresa que ha emitido nuestra tarjeta sin contacto para bajar el importe mínimo de compra para introducir la clave o que siempre que pasemos nuestro plástico nos pida el pin. De esta forma, podremos utilizarlo con mayor seguridad.

Otra cosa que podemos hacer es desactivar la función contactless para usarla como una tarjeta tradicional. Para cualquiera de estas dos opciones tendremos que ponernos en contacto con el emisor de nuestro plástico, por lo que no podremos usarlo hasta que no nos hayan confirmado la desactivación.

Aunque siempre hayan sido consideradas menos arriesgadas, las empresas que emiten tarjetas contactless siguen trabajando en implementar nuevas medidas para que sean lo más seguras posible. De esta forma, no tendremos que arriesgar ni tampoco elegir entre comodidad y seguridad.

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