Los gastos suelen dispararse en verano. Viajes familiares, campamentos infantiles, cenas con amigos… La rutina cambia y los gastos aumentan y, si no estamos preparados, nuestra cuenta corriente puede resentirse.

Estas vacaciones, los españoles tienen previsto gastarse de media 1.307 euros, un 11% más que el año anterior, según un informe del Observatorio Cetelem.

Los viajes se llevan una parte importante del presupuesto estival y pueden desequilibrar fácilmente la economía familiar. Por eso, es importante encarar el verano con los deberes hechos, es decir, con una idea clara de cuánto dinero se puede gastar y no excederse.

Crear un presupuesto

Antes de que lleguen las vacaciones, conviene planearlas y eso no implica, únicamente, escoger un destino, sino también crear un presupuesto para saber cuánto dinero se puede gastar. Si sabemos cuánto queremos gastar, podemos separar ese dinero con antelación. Así nos daremos cuenta de si realmente podemos dedicar esa cantidad o si estamos exagerando.

Si nuestra capacidad de ahorro es limitada, tendremos que adaptar nuestras vacaciones, por ejemplo, escogiendo un destino o un alojamiento más barato o reduciendo el número de días de viaje.

Comparar precios

La clave para ahorrar es comparar. En Internet se pueden comparar billetes de avión, alojamientos o, incluso, actividades, como excursiones o espectáculos. Conviene estar alerta. Si una oferta es demasiado buena, puede que tenga gastos ocultos que no esperamos.

Un ejemplo. Damos por sentado que el precio de un billete de avión siempre incluye una maleta, aunque sea de mano, pero, luego, resulta que muchas compañías obligan a pagar un extra para llevar una maleta.

Evitar endeudarse

El 45% de los españoles que aplaza el pago de alguna de sus compras lo hace para financiar un viaje, de acuerdo con un estudio de Floa, la filial de medios de pago del Grupo BNP Paribas. Pagar a plazos un viaje tiene un riesgo: puede que lleguen las vacaciones del año que viene y aún estemos pagando las anteriores. Básicamente, se trata de disfrutar ahora y preocuparse después.

No es aconsejable contratar un crédito rápido ni financiar un viaje con una tarjeta de crédito, porque los intereses que se van a acabar pagando son muy altos.

Un ejemplo. Una familia que decida gastarse 5.000 euros durante sus vacaciones y quiera pagarlos a plazos con una tarjeta de crédito, que actualmente tienen un interés medio de en torno al 18%, acabaría pagando 500 euros extra si devolviese el dinero en un año, 991 si tardase dos y 1.507 si dedicase tres años, de acuerdo con los cálculos que hemos hecho en HelpMyCash.

Cuanto menor es el plazo, menores son los intereses que hay que abonar, pero mayor es la cuota mensual, lo que obliga a muchas familias a alargar el plazo de la deuda.

Utilizar tarjetas para viajar

Viajar al extranjero con una tarjeta puede acabar saliendo caro. La mayoría de los bancos cobra una comisión cada vez que sus clientes hacen una compra o un reintegro en una divisa distinta al euro y, además, cobra otra por sacar dinero en el extranjero. En países de la eurozona, se pueden esquivar las comisiones pagándolo todo con tarjeta y prescindiendo de los cajeros, pero fuera de la zona del euro, incluso pagar con tarjeta cuesta dinero.

Sin embargo, hay tarjetas para viajar que no cobran comisiones ni por sacar efectivo fuera de España ni por pagar en una divisa distinta al euro. Si nuestro banco de toda la vida nos cobra un 4,5% cada vez que sacamos dinero y un 3% si pagamos en otra divisa, estamos hablando de una comisión de 7,5 euros cada vez que sacamos 100 euros en un cajero ubicado fuera de la zona del euro. Este coste se puede evitar con las tarjetas para viajar.

Usar los seguros de las tarjetas

En Europa, tenemos la tarjeta sanitaria comunitaria, pero esta no cubre todos los percances que se pueden tener a la hora de viajar, como, por ejemplo, la pérdida del equipaje o la repatriación. Y fuera de la UE, esta tarjeta no tiene validez. Por eso, muchos viajeros deciden contratar un seguro para estar protegidos durante sus vacaciones. Sin embargo, algunos ya tienen uno y no lo saben.

Muchas tarjetas de crédito e, incluso, algunas de débito incluyen un seguro de viaje que se puede usar siempre y cuando se haya pagado el medio de transporte del viaje con la tarjeta. Algunos seguros de salud también incluyen coberturas en el extranjero. Por eso, antes de contratar un seguro de viaje, conviene asegurase de que no tenemos ya uno a nuestra disposición.