El uso de los aparatos eléctricos en verano hace que la factura de luz se resienta. Sin embargo, no siempre es problema de un consumo superior al habitual. Si nuestra compañía eléctrica nos ha emitido un recibo desproporcionado e injustificado, no deberemos quedarnos de brazos cruzados. En este artículo hacemos un repaso por las vías que tenemos a nuestro alcance para reclamar.
Ir a buenas con la compañía
Para reclamar el importe de una factura de luz que consideramos que está mal, lo primero que deberemos hacer es ponernos en contacto con nuestra compañía. A través de cualquiera de sus medios de atención al cliente, deberemos poner en aviso a la eléctrica de que no estamos de acuerdo con el recibo. Ahora bien, una cosa es ir por las buenas y otras ser demasiado ingenuos.
Al igual que las telecos, las comercializadoras de electricidad no nos darán la razón sin más. De hecho, es posible que se olviden de nuestro problema si no logramos que quede constancia. Por ello, lo más recomendable es poner una reclamación formal que quede por escrito. De esta forma, nos aseguraremos de que nuestra petición queda registrada y tendremos un justificante en caso de que nos veamos obligados a ir a una entidad externa.
Una vez hecha la reclamación, la compañía tiene 30 días para respondernos. En este punto es habitual que las eléctricas nos envíen un técnico a revisar la instalación. Su visita no nos supondrá un coste si encuentra cualquier problema. Sin embargo, nos lo facturará si no detecta nada raro.
La Oficina de Consumo, segunda vía para reclamar
Una resolución por parte de nuestra compañía que no nos satisfaga no tiene por qué hacernos renunciar a luchar por lo que creemos que es justo. Si la compañía no nos da una respuesta o no es la esperada, podemos acudir a la Oficina de Consumo de nuestro municipio.
Para hacer una reclamación a través de esta entidad, primero deberemos haberla hecho en la compañía. Esto se debe a que nos pedirán el identificador de dicha queja, con lo que es importante seguir el orden. Una vez tengamos este justificante, podremos rellenar el formulario en el que señalaremos el problema que hemos tenido. Por ejemplo, un error en la factura de la luz.
La respuesta de este actor se hace esperar más; en concreto, puede llegar hasta los seis meses.
Reclamar la factura de luz cuando no hay entendimiento
Si hemos llegado a un punto en el que la compañía no cede y estamos seguros de que tenemos razón, podemos buscar ayuda en la Junta Arbitral. Para ello, será imprescindible que esté dada de alta en el sistema de arbitraje, algo que suele suceder entre las grandes.
Para poner una reclamación a través de esta vía, necesitaremos aportar toda la documentación posible que sostenga nuestro caso. Es decir, todas las reclamaciones que hemos ido poniendo en los otros momentos, así como el número de expediente de nuestro caso.
Debemos tener en cuenta que la decisión que tome la Junta Arbitral será vinculante para ambas partes. Así, si nos da la razón, la compañía deberá revisar la factura de la luz que ha ocasionado todo el conflicto. De hecho, incluso podría exigirle una indemnización. En cambio, si no tenemos razón, deberemos asumir las consecuencias (costes, sanciones…).
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