Necesitamos un importe grande de dinero, con cierta urgencia y que podamos devolverlo en un período de tiempo bastante largo. Echando un vistazo al mercado, los créditos con esas características no abundan, sobre todo si nuestra situación financiera no es la mejor. Una de ellas, y puede que la más adecuada en según qué circunstancias, puede que sean los préstamos con garantía hipotecaria, una financiación de la que destacamos tres grandes ventajas y alertamos de un inconveniente que debemos conocer a la hora de solicitarla.

Tres razones para elegir un préstamo con garantía hipotecaria

Los detalles que vamos a comentar a continuación deben estar recogidos en el contrato y es importante tenerlos en cuenta antes de formalizar el acuerdo.

1. Acceso a una cantidad importante de dinero pese a no contar con grandes ingresos

Si uno acude al banco o a otra entidad de crédito en busca de financiación, una de las primeras exigencias que se va a encontrar es demostrar que dispone de ingresos estables, regulares y suficientes. Lógicamente, cuanto mayor sea el importe a solicitar, más solvencia nos pedirán en este sentido.

Por eso, acceder a cantidades grandes de dinero no es fácil (decenas de miles de euros). Sin embargo, estas exigencias pueden verse ligeramente reducidas en los préstamos con garantía hipotecaria. Eso ocurre porque un inmueble actúa como garantía de pago y su valor suple esa posible falta de ingresos suficientemente altos de los que dispongamos.

2. Una cuota asumible gracias al plazo

La segunda ventaja tiene que ver con la facilidad de reembolso. Los préstamos con garantía hipotecaria pueden llegar a tener un plazo que llega, en muchas ocasiones, hasta los 20 años. Eso supone que la cuota resultante es accesible.

Pongamos un ejemplo: si queremos un crédito de 80.000 euros a devolver en 20 años al 10% TIN, la mensualidad será de 395,97 euros, una cuota que, de contar con ingresos regulares, puede ser fácilmente asumible. Estas cifras de financiación puede concederlas, por ejemplo, Suitaprest, que ofrece grandes importes con un coste que parte del 8% TIN.

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3. Úsalo para lo que quieras

El alto importe que permite elegir da la posibilidad a quien dispone de él de invertir el dinero en distintas finalidades. Realizar una reforma integral de una vivienda, relanzar o crear una nueva empresa, reunificar deudas… y todo a ello pese a estar en ficheros de morosos, ya que algunos prestamistas de este tipo de financiación ofrecen dinero incluso a quienes aparecen en ellos.

Eso sí, no está de más recordar que si estamos en ficheros como ASNEF es importante pagar las deudas pendientes para sanear nuestras cuentas y tener menos problemas para encontrar financiación.

En la ventaja está el inconveniente

Como todo tiene una parte mala, los préstamos con garantía hipotecaria no se libran de ello. Además, en una de sus grandes ventajas reside su debilidad. En caso de que no podamos devolver las cuotas del crédito, el banco o la entidad se puede quedar la casa en propiedad con la que habíamos conseguido el préstamo.

Pero no solo eso, además de la garantía hipotecaria, estos préstamos tienen también garantía personal, así que si llegado el caso de impago el valor de la vivienda no consiguiera saldar la deuda pendiente, el cliente debería responder también con sus bienes presentes y futuros. Así pues, antes de solicitar este tipo de crédito es fundamental que nos aseguremos de que podremos devolver las cuotas resultantes. Así nos evitaremos esta clase de problemas.