Hay ocasiones en las que no nos queda más remedio que reunificar nuestras deudas: si se nos acumulan demasiados créditos pedidos para gastos no imprescindibles, si hemos sufrido una bajada de ingresos y necesitamos pagar menos al mes… Esta operación nos permitirá abonar una cuota más asequible para ir más desahogados, pero es importante que vayamos con mucho cuidado para no volver a sobreendeudarnos de nuevo.
Cómo agrupar varios créditos sin sobreendeudarse de nuevo
A continuación mostraremos tres trucos que nos ayudarán a gestionar mejor nuestras finanzas para no volver a tener problemas de sobreendeudamiento tras llevar a cabo la reunificación de nuestras deudas:
1. Hay que fijar una cuota que podamos pagar sin problemas
Para empezar, tenemos que asegurarnos de poder pagar las cuotas después de agrupar nuestros créditos. Para ello, debemos establecer una mensualidad que no supere el 40% de nuestros ingresos. Si dedicamos más dinero a este fin, el riesgo de sobreendeudamiento será mayor.
2. Tenemos que controlar nuestros otros gastos
Asimismo, es importante no gastar dinero en aquello que no sea imprescindible. En consecuencia, tras reunificar las deudas que tengamos, tendremos que revisar todos nuestros gastos mensuales para ver si hay alguno que podamos suprimir: el café en el bar, el tabaco, la lotería…
3. No debemos pedir nuevos préstamos
Finalmente, como es lógico, es aconsejable no contraer nuevas deudas, especialmente si son para financiar gastos superfluos (un móvil caro, un concierto…). En ese sentido, debemos evitar especialmente los créditos rápidos, pues son muy caros.
¿Necesitas más consejos? Los encontrarás en nuestra guía gratuita sobre cómo evitar el sobreendeudamiento:
¿Cómo se pueden reunificar las deudas?
Ya hemos visto qué tenemos que hacer para no sobreendeudarnos, pero ¿cómo podemos hacer una reunificación de las deudas que tenemos vigentes? Estos son los principales métodos:
- Ampliar el préstamo que tengamos de mayor importe (la hipoteca por ejemplo) y usar el dinero para liquidar los otros créditos. De este modo, solo deberemos dinero a un prestamista y pagaremos una única cuota.
- Contratar un préstamo personal bancario que agrupe nuestros otros créditos. Aunque los bancos no suelen prestar dinero para esta finalidad, es posible que acepten nuestra solicitud si exhibimos capacidad de pago.
- Pedir un préstamo con garantía hipotecaria a un prestamista privado. Consiste básicamente en hipotecar nuestra vivienda en propiedad para cancelar nuestras otras deudas. Los prestamistas privados cobran un interés más alto que los bancos, pero exigen menos requisitos para acceder a sus créditos.
Si nos decantamos por la última opción, quizás nos interesen los préstamos con garantía hipotecaria de Supre Grupo. Esta compañía nos puede prestar hasta el 40% del valor de nuestra vivienda, con un importe mínimo de 10.000 euros y un plazo de hasta 20 años. El interés puede ser de entre el 2% y el 14% TIN (3,90% – 19,90% TAE).
¡Atención! Reunificar deudas cuesta dinero: la apertura de un nuevo préstamo (o la ampliación de uno existente) y la cancelación de los créditos que agrupemos. Es importante que hagamos cuentas para comprobar si tenemos los ahorros suficientes para afrontar todos estos gastos.
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