No hay nada que nos moleste más como consumidores que nos tomen por tontos. El problema es que son muchas las empresas que se consideran por encima de todos y acaban saltándose la ley. Por ello desde HelpMyCash hemos recopilado los timos más habituales que nos podemos encontrar relacionados con los contratos de luz y gas.

1. Nada de 902 para atención al cliente

En HelpMyCash hemos hablado mucho acerca de los números 900, 901, 902… y de las consecuencias de recurrir a ellos a la hora de tramitar algunas incidencias de un servicio. Y es que no todos estos números son gratuitos y nos podemos llevar un susto bien grande al recibir la factura telefónica.

Ahora bien, de entre todas las empresas que hacen uso de los 902 para dar el servicio de atención al cliente, las compañías de luz y gas son las únicas que están obligadas por ley a ofrecer números alternativos con los que contactar. Por ello, si nuestra compañía no dispone de un número 900 u 800 (ambos gratuitos), y nos obliga a utilizar un 902 debemos denunciarlo.

Como siempre, recordemos que existen webs donde podemos encontrar los números alternativos a los 902, por lo que ¡no hay que pasar por el aro!

2. Los supuestos comerciales

Más de uno nos hemos topado en alguna ocasión con que un comercial de una compañía de luz y gas se ha presentado en nuestro domicilio para «mejorar nuestra oferta». Lo primero que debemos de saber es que estas personas pueden estar contratados por empresas de terceros o, incluso, ir por libre; por lo que no vienen directos de nuestra compañía. Lo segundo es que no están autorizados por las eléctricas para ir de puerta en puerta para «mejorar» nuestra oferta. Es más, si nos topamos con uno de estos casos no debemos mostrarle nuestras facturas ya que es una forma de conseguir nuestra información.

Por lo tanto, si llaman a nuestra puerta y pese a todo decidimos abrir y escuchar al comercial, nunca debemos firmar nada. Lo más inteligente es ponerse en contacto luego con la compañía y contrastar la información.

3. Las revisiones falsas

Cierra este repaso una de las estafas que están a la orden del día. Y es que en lo que a picaresca se refiere, no perdemos comba. Cuando hablamos de revisiones falsas nos referimos, sobre todo, a las de la caldera. Son muchos los meses ya en los que consumidores se quejan de haber sido timados por supuestos trabajadores de Gas Natural u otras entidades que vienen a nuestro domicilio a pasar la inspección.

El problema en este caso es que llevan el uniforme de la compañía e, incluso, identificaciones falsas. En este caso podemos hacer dos cosas: la primera es más que obvia, no abrir la puerta. Debemos tener en cuenta que las compañías llaman para concertar cita con hasta 5 días de antelación, por lo que debe extrañarnos mucho la presencia por sorpresa de este técnico. Por otra parte, si ya hemos abierto, podemos pedir al técnico (o comercial) que nos permita hacer una foto de su DNI. Este último paso probablemente le espantará y, en caso contrario, siempre podemos llamar a la compañía y contrastar la información antes de que se ponga manos a la obra.

Debemos saber que la revisión del gas se hace (obligatoriamente) cada 5 años, aunque es posible que por contrato nos hagan una al año. De un modo u otro, nunca se debe pagar al técnico ya que el coste se refleja en nuestra próxima factura.