200 euros para pagar una multa, 900 para reparar el coche o 3.000 para reformar la cocina. Son muchas las situaciones que aparecen de golpe, que exigen un desembolso con el que no contábamos y que, de no liquidar, puede suponer un contratiempo nada deseable. Para evitar encontrarnos en esa situación, podemos echar mano de los préstamos rápidos, una solución eficaz para cada momento: acogernos a la reducción del 50% de una multa, sacar el coche del taller o pagar los electrodomésticos que necesitamos.
¿Qué préstamo rápido responde mejor a mis necesidades?
Actualmente existe una gran variedad de posibilidades en el mercado financiero, tanto en la banca tradicional como en empresas de capital privado o establecimientos de crédito. Eso supone que, según nuestras necesidades, encontraremos distintos préstamos rápidos para cubrirlas.
Minicréditos
Aparecieron hace una década y desde entonces no se han bajado del tren de la financiación. Su inmediatez y facilidad de consecución hacen que este tipo de créditos sean los reyes de los préstamos rápidos.
Ofrecen desde 50 hasta 1.000 euros aproximadamente y se devuelven de golpe en 30 días. Su coste es elevado (aunque muchos permiten una primera solicitud gratuita de hasta 300 euros), por eso se deben pedir sabiendo que podremos devolverlo en el plazo acordado. Son una solución ideal para conseguir préstamos en 10 minutos y hacer frente a gastos urgentes e imprevistos de cuantías relativamente pequeñas.
Líneas de crédito
Otra posibilidad que ofrece el mercado de préstamos rápidos son las líneas de crédito. Su funcionamiento es sencillo: en lugar de que el prestamista nos ingrese una cantidad de dinero concreta, tenemos a nuestra disposición un crédito máximo y solo pagaremos intereses por el saldo que utilicemos. Es decir, son como una tarjeta de crédito. De hecho, estas últimas no son más que el soporte físico de una línea de crédito.
Podemos conseguirla online en apenas unas horas y su principal ventaja es que dispondremos de dinero siempre que queramos (hasta alcanzar el límite acordado con la entidad en cuestión). Eso sí, debemos tener cuidado porque sus costes para financiar a largo plazo son elevados. Son una opción muy interesante para encarar épocas en las que vayamos a tener gastos extra pero no sepamos exactamente por qué importe.
Préstamos personales
Aunque su proceso de concesión no es tan rápido como el de los préstamos rápidos anteriores, permite disponer de importes más altos en un período de tiempo aceptable. Además, gracias a las tramitaciones online de las que disponen bancos y entidades de crédito, se reduce el papeleo y la solicitud es más sencilla.
Con los préstamos personales podremos disponer desde 1.000 hasta unos 60.000 euros a devolver en un plazo que suele oscilar entre uno y diez años. Además, su interés es menor que en minicréditos y líneas de crédito, por lo que se convierte en la opción perfecta para financiar altos importes a un plazo mayor.
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