Para vender una vivienda hay que incurrir en varios gastos. Es necesario tramitar una serie de documentos que no son gratuitos y hay que pagar unos impuestos obligatorios por la transmisión. Estos, generalmente, son los costes que solemos tener en mente. Sin embargo, existen otros que no contabilizamos y que pueden subir la factura de lo que nos cuesta vender un piso. Estos son opcionales, pero muchas veces los asumimos con el fin de facilitar o acelerar la venta de nuestra casa. Lo contamos en este artículo.
1. Decoración o servicio de home staging
Al poner nuestra vivienda en el mercado debemos hacerla atractiva de cara a un comprador. Por esto, es bastante común que los vendedores optemos por invertir algo de dinero en pintar, hacer pequeños arreglos y decorar la casa, con el objetivo de que los compradores se enamoren de la casa y podamos vender en tiempo récord.
Si la propiedad está en buen estado, el gasto será pequeño y si se nos da bien el tema de la decoración podemos resolver el asunto por nosotros mismos. Por ejemplo, podemos ir a Ikea o Leroy Merlín a comprar una pintura, algunos nuevos textiles, unas cuantas plantas y algunos objetos decorativos.
No obstante, si la vivienda es antigua o no sabemos cómo hacer que la casa luzca atractiva para una venta, podemos contratar a un profesional de home staging para que nos saque del apuro. El coste de este servicio variará en función del profesional elegido y el alcance del proyecto.
Por ejemplo, por una consulta nos pueden cobrar alrededor de 100 euros, pero si necesitamos un asesoramiento más exhaustivo o que, además, se encargan el reportaje fotográfico, podemos pagar entre los 200 euros y los 500 euros. Un proyecto entero puede rondar entre los 1.000 euros y los 3.000 euros, dependiendo de lo que está incluido. Eso sí, si vendemos el piso con una inmobiliaria y esta ofrece el servicio, no tendremos que pagar por la consulta, ya que vendrá incluida en la comisión.
2. Visita virtual 360º o fotos de la vivienda
Hoy en día los pisos se venden a través de Internet y las fotografías y los vídeos 360º o visitas virtuales son imprescindibles para lograrlo. Si la casa la vendemos con una inmobiliaria este servicio nos vendrá incluido en la comisión que pagamos por vender la propiedad.
Si el piso lo vendemos por nuestra cuenta podemos hacer las fotos nosotros mismos, pero si el asunto es que la fotografía no es lo nuestro, contratar a un profesional puede ser una opción aconsejable. Un fotógrafo nos puede cobrar entre 100 euros y 200 euros por el reportaje.
Asimismo, podemos intentar hacer el vídeo 360º por nuestra cuenta, pero para ello necesitaremos contar con una cámara especial y el equipo adecuado. Si no lo tenemos, podemos pagar para ello. El precio de una visita virtual varía mucho según el profesional elegido, pero nos puede salir desde los 60 euros. La web Idealista, por ejemplo, lo ofrece por unos 199 euros.
3. Anuncios destacados en los portales inmobiliarios
Una vez que hemos invertido dinero en poner bonita nuestra casa y en tener recursos multimedia de impacto para promocionar la venta de la casa, toca colgar nuestros anuncios en los portales inmobiliarios y en todos los medios disponibles para llegar a la mayor cantidad de potenciales compradores.
Si la venta la lleva una inmobiliaria esta se encargará de gestionar la publicidad. Si vendemos el piso entre particulares, debemos saber que la mayoría de los portales ofrecen anuncios gratuitos a los vendedores independientes. No obstante, con el pasar de los días, estos van perdiendo posiciones en la lista de búsquedas. Por esto, si queremos destacar, deberemos pagar para que nuestra publicidad cobre relevancia.
El precio de los anuncios destacados variará según el portal, el tipo de posicionamiento y el tiempo de duración de este, pero, de manera general, oscila entre los 10 euros y los 60 euros aproximadamente. Por ejemplo, el que ofrece Fotocasa por 30 días cuesta 39,95 euros.
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