Ya hemos decidido lugar, tenemos los vuelos identificados y solo falta pagarlos. Antes de finalizar la operación, nos aparece un mensaje: “¿Quieres añadir un seguro de viaje para pasar tus vacaciones con total tranquilidad?”. Las compañías aéreas e incluso los comparadores ofrecen este servicio extra por unos 10 euros aproximadamente. Lo que muchos no saben es que si pagamos con nuestra tarjeta de crédito ya estaremos asegurados. Ahora bien, debemos de saber qué cubren y qué no, de lo contrario, podemos llevarnos algún susto.
3 coberturas que te ofrece tu tarjeta de crédito
Lo primero que tenemos que saber es que para beneficiarnos del seguro de nuestra tarjeta es que no basta con llevarla en el bolsillo. Debemos de pagar el transporte de nuestro viaje (o el servicio que sea) con ella, de lo contrario, sus coberturas estarán excluidas. Dicho esto y partiendo de la base de que cumpliremos con esta premisa, plantemos tres situaciones en las que sí podremos aprovechar el seguro. En este caso, se trata de algunas de las coberturas que ofrece la Tarjeta WiZink Oro:
- El plan era perfecto: AVE desde Barcelona a Madrid a media mañana, llegar, comer y al teatro. Lamentablemente, el tren sufre una avería y llegamos con tanto retraso que no da tiempo a acudir al espectáculo. En este caso, los 120 euros de las dos entradas quedan cubiertos por el seguro de la tarjeta de crédito.
- Un accidente lo tiene cualquiera: conduciendo nuestro coche de alquiler, sufrimos una colisión que, pese a que no supone problemas graves, exige atención médica. El seguro de nuestra tarjeta cubre hasta 45.000 euros en gastos de atención, ambulancia, hospitalización y medicamentos.
- Adiós a nuestro vuelo: si por culpa del tiempo o problemas de la compañía aérea un vuelo se retrasa o se cancela produciendo unos gastos concretos (hotel, manutención y transporte), el seguro los cubre hasta un máximo de 600 euros.
Como hemos dicho, estas son las coberturas de una tarjeta para viajar en concreto. Esto no supone que vaya a ser igual para todos los plásticos. Para asegurarnos, deberemos consultar en el contrato de la tarjeta las condiciones exactas del seguro.
3 situaciones en las que las coberturas del seguro quedan anuladas
Siguiendo con el contrato en mente, hay una parte que no podemos pasar por alto: las exclusiones. En estas cláusulas se especifican los motivos y las situaciones en las que las coberturas que se hayan nombrado anteriormente quedan anuladas y, por tanto, los costes pasarán a ser cosa del usuario:
- Los daños producidos por un infarto.
- El sonambulismo. Parece una broma pero no lo es. Los daños que pueda sufrir (u ocasionar) una persona sonámbula no están cubiertos si ocurre en esos momentos.
- Accidentes que exijan un rescate en el desierto, el mar o la montaña.
Del mismo modo que en el apartado anterior apuntábamos que las coberturas podían variar entre tarjetas y seguros, esa precisión también es aplicable ahora. Es decir, no todos los seguros tienen las mismas exclusiones. Por tanto, para lo bueno y para lo malo, es importante entender el seguro de nuestra tarjeta de crédito. Así, podremos viajar con mayor tranquilidad y evitar sorpresas negativas.
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