3 consejos para conseguir las mejores hipotecas sin ser un experto o experta en finanzas

Si las hipotecas nos entraran por los ojos, como el chocolate, o pudiéramos probarlas antes de tomar una decisión, como pasa en las heladerías con los sabores nuevos, todo sería más sencillo. Pero no. Firmar un préstamo hipotecario, para muchos, es como cenar en un restaurante extranjero sin fotos en el menú: hay que ir traduciendo ingrediente por ingrediente para convencer al paladar. Y, por si fuera poco, los condicionantes añadidos de nuestra elección, que vendrían a ser los alérgenos de cada plato, no siempre están identificados de manera clara y precisa. Por eso, a continuación, explicaremos los tres consejos que hay que seguir para escoger las mejores hipotecas y que comprar una casa no se convierta en un mal trago.

1.- Conocer el mercado te ayudará a conseguir las mejores hipotecas

Enterarnos de cómo son las hipotecas que están ofreciendo los bancos es el primer paso para entrar en juego y ubicarnos. En concreto, si le buscamos respuesta a las siguientes preguntas, dar con el crédito que más nos interese será pan comido:

• ¿Cumplo los requisitos para firmar un préstamo hipotecario? Si buscamos las mejores hipotecas, enamorar al banco será clave. En ese sentido, los departamentos de riesgo suelen aceptar con mayor facilidad perfiles con cierta estabilidad laboral y un sueldo recurrente, con pocas deudas vigentes y con un historial creditico libre de impagos.
• ¿Cuánto dinero necesito y cuánto me pueden ofrecer? Aunque conseguir una hipoteca 100 no es imposible, por lo general, las entidades están financiando hasta el 80% del valor de las viviendas, así que necesitaremos tener ahorrado ese 20% restante. Además, comprar una casa también conlleva ciertos gatos (notaría, gestoría, registro e impuestos), una cuantía que suele rondar el 10% del precio de compra.
• ¿Es mejor una hipoteca fija o variable? En estos momentos, los préstamos hipotecarios a tipo variable son los más económicos debido a la cotización en negativo del euríbor. Sin embargo, estos productos son más arriesgados que las hipotecas a tipo fijo, ya que la cuota podría variar en función de la evolución del índice de referencia. Como resultado, la decisión dependerá, en gran medida, de nuestra tolerancia al riesgo.

2.- Compara condiciones y calcula el coste total de cada hipoteca

Una vez hayamos tanteado el terreno, llegará el momento de ir al grano y empezar a confrontar las condiciones de varios créditos. El comparador de hipotecas de HelpMyCash podría ser una herramienta útil para ello, aunque también podríamos preguntar banco por banco si lo preferimos. Sea como sea, deberemos prestar atención a varias cosas y hacer números.

En primer lugar, al tipo de interés y al plazo. A parte de escoger entre un tipo fijo o variable, lo ideal sería contratar el interés más bajo posible y durante el plazo más corto que nos podamos permitir. De esta manera, conseguiremos recudir bastante el precio de la hipoteca.

Y, en segunda lugar, la vinculación. De poco o nada sirve firmar un tipo de interés bajo si a cambio tenemos que ligarnos en exceso al banco, porque la vinculación puede salir cara. En concreto, las entidades podrían exigirnos la contratación de seguros, tarjetas de crédito o planes de pensiones para bonificar el interés. La mejor manera de saber si sale a cuenta es consultar el coste total del crédito, una información que nos debería facilitar el banco.

3.- Negocia hasta donde te permita tu economía

La flexibilidad de las condiciones de los préstamos hipotecarios depende en gran medida del perfil de cada cliente. Por eso, si le damos razones suficientes a la entidad para confiar en nuestra solvencia, podremos negociar una rebaja del interés, un porcentaje mayor de financiación o incluso una menor vinculación, según nos convenga, para ponerle la guinda al pastel.

Para más información puedes consultar nuestra guía gratuita en la que te contamos cómo pedir una hipoteca paso a paso: